Construir autonomía en los alumnos de todas las edades es muy importante, la agencia sobre sus decisiones y sobre ellos mismos fortalecerá su autoestima, su asertividad y les ayudará a enfocarse en una mentalidad de crecimiento, en donde los errores sean oportunidades de aprendizaje, pues se darán cuenta que su esfuerzo es recompensado.
Aunque sabemos que tomar decisiones y hacerse cargo de su tiempo es necesario para los estudiantes, dentro de la estructura de la escuela, así como de los programas educativos ya establecidos no siempre es fácil encontrar las oportunidades para que cada quien sienta que tiene poder sobre sí mismo.
Alumnos que toman decisiones
La mejor manera de lograr una clase comprometida y entusiasta es hacer saber a los alumnos que la escuela y el proceso educativo es completamente suyo.
Les permitirá explorar quiénes son, cuáles son sus intereses y su personalidad, además de que el ambiente que construyen para sí mismos les demuestra que sus límites, gustos y decisiones son importantes.
El tomar decisiones les enseñará desde edades tempranas la responsabilidad que esto implica, pues podemos afectar a otros, ya sea de forma positiva o negativa, por lo que también les ayudará a escuchar con atención a otras personas y les transmitirá que su voz es importante para construir un ambiente mejor, para ellos y para sus compañeros.
¿Cómo implementarlo?
Puede parecer que dejar que los alumnos tomen decisiones conducirá inevitablemente al caos, sin embargo esto no es así, por el contrario, tendrá como resultado una clase mucho más comprometida. Claro que no signfiica que cada quién pueda hacer exclusivamente lo que desee, sino que pueda elegir y buscar alternativas dentro del sistema al que pertenecen, en el que puedan tomar decisiones para sí mismos y para su grupo.
Escuchar sus ideas
La iniciativa de los alumnos es algo que debemos tomar en cuenta. En ocasiones tienen ideas o sugerencias para las actividades de la clase y muchas veces estas caen en el olvido, pues ya tenemos un plan previo. Un buen inicio para darles agencia será escuchar sus ideas, tomarlas en cuenta y cuando sea posible ponerlas en práctica, siempre que la clase esté de acuerdo.
Es esencial, para esto, que nuestros planes tengan cierta flexibilidad y que tomemos estas ideas como una parte valiosa de la clase.
Crear espacios propios
Si bien no podemos modificar los temarios o los objetivos de aprendizaje para los cursos, si podemos abrir las posibilidades para que de vez en cuando se dé un espacio exclusivo de los alumnos, donde ellos decidan los temas que se verán, la forma en que esto se dará y el por qué. Podemos hacerlo dentro del marco de nuestros programas de asignatura, por ejemplo, abrir círculos de debate en donde los alumnos puedan poner en la mesa las cosas que aprendieron de la materia y que les sirva para reflexionar sobre alguna cuestión que ellos elijan.
Los temas a discutir pueden ser sugeridos por nosotros, si planteamos un abanico de posibilidades y les permitimos tomar la decisión sobre cuál será el tema elegido ellos sentirán agencia. Con el tiempo podríamos aceptar sugerencias de los propios alumnos y tomarlas en cuenta para próximos debates.
Entregar tareas
Elegir de vez en cuando sobre las tareas ayudará a aumentar la motivación por realizar esos trabajos, aunque es necesario que nos entreguen sus tareas y actividades, podemos crear oportunidades para que ellos sientan que tienen poder sobre esas responsabilidades. Podemos, por ejemplo, para una actividad, dejar varios temas posibles o varios tipos de actividades, así ellos decidirán si prefieren uno u otro sobre sus opciones.
Así, les permitimos imprimir su personalidad, gustos y deseos a una responsabilidad.
Estos son solo algunos ejemplos de situaciones en las que los alumnos pueden practicar su toma de decisiones, entre más oportunidades tengan de practicar esto más seguros se sentirán y aumentará el interés en clase. ¿Ya has puesto en práctica este tipo de estrategias? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!