La docencia es una profesión en la que damos mucho, no solamente se trata de un trabajo cualquiera, porque nuestras emociones están siempre presentes, son importantes para generar un vínculo con los estudiantes, la vocación que sentimos no es solamente para realizar un trabajo de ocho horas, en realidad el docente es docente 24/7, aunque no esté en la escuela, aunque esté haciendo otras cosas.
La cuestión con este tipo de profesiones es que pueden ser muy agotadoras, no solo por el trabajo que implican en sí mismas, sino por el desgaste que implican las conexiones personales. En cualquier caso, más allá de la profesión desarrollada, es necesario buscar un equilibrio y priorizar nuestra salud, tanto física como mental.
¿Qué es el autocuidado?
Este término (selfcare en inglés) ha tomado mucha relevancia en los últimos años, especialmente porque se trata de algo relativamente novedoso. La forma en la que funcionan algunas cosas en el mundo nos ha transmitido desde hace muchos años que gran parte de nuestra importancia está en lo que producimos, en las actividades que realizamos y en la capacidad que tenemos de seguir adelante sin importar los obstáculos. Si bien es verdad que nuestras acciones hablan por nosotros y que la resiliencia es necesaria para afrontar los obstáculos, también es necesario darnos tiempo para sanar cuando es necesario, espacio para descansar, reflexionar y conocernos a nosotros mismos.
Aunque parezca obvio que necesitamos cuidarnos, el ritmo al que se mueve el mundo muchas veces nos orilla a dejar de lado nuestras necesidades, porque debemos continuar a pesar de todo.
El autocuidado se trata de empujar hacia el otro lado esta narrativa y hacer espacio para nosotros mismos, para descansar antes de estar agotados, acudir a una revisión médica antes de enfermarnos, atender nuestras emociones antes de que se salgan de nuestras manos, se trata de escucharnos y crear espacio para atender el llamado.
Que no es el autocuidado
Como muchas otras cosas, una vez que el concepto se repite en diferentes lugares su significado cambia, y hoy en día es común encontrar en internet, redes sociales y otras plataformas, ideas para practica autocuidado que no siempre abarcan todo lo que este implica, pues nos sugieren pequeñas actividades placenteras que si bien nos pueden ayudar a descansar y relajarnos un poco, también pueden resultar triviales si no lo acompañamos de otras estrategias, como buscar ayuda médica, conectar con otras personas, construir vínculos saludables, identificar las cosas que nos causan algún tipo de malestar y cambiarlas poco a poco.
El verdadero autocuidado no es solamente dormir un par de horas o comer algo rico, sí puede ser eso, pero necesariamente implica también más consciencia de nosotros mismos y actuar en consecuencia, para estar mejor. Esto tampoco requiere actos egoístas que puedan afectar a otros, pero sí de tomar decisiones que nos beneficien, poniendo límites.
La dificultad de cuidarnos
Es normal que encontremos complicado llegar a cuidarnos realmente, aunque parezca algo básico y normal, es muy probable que con el ritmo de vida actual lleguemos a perder la noción de hasta donde dejamos de lado nuestras necesidades. Adicionalmente, cuando nos encontramos en situaciones de responsabilidad y de muchos vínculos con otras personas, como en el caso de la docencia, es probable que sintamos que otras personas necesitan mucho más de cuidados y atención que nosotros mismos, por lo que poco a poco abandonamos nuestras necesidades, pero ser conscientes de esto nos ayudará a mejorar la relación que tenemos con nosotros mismos, a ser más amables y a tomar en cuenta lo que requerimos para poder continuar ayudando a otros por mucho más tiempo.
¿Crees que es necesario incluir un poco de autocuidado en tu vida diaria? ¡Comparte tus ideas con nosotros!