Vivir acoso escolar no es una experiencia simple, la relación con los compañeros, la confianza en los otros, la confianza en uno mismo y los vínculos con los adultos se ven afectados tras vivir una experiencia como el bullying, en el mejor de los casos, los padres y los docentes actuaron a tiempo y se evitaron efectos profundos para quienes atravesaron esta situación, pero sin importar si se trata de alguna experiencia muy compleja o no, todas las áreas de la vida de un joven que ha vivido esto se verán afectadas de alguna manera.
Como docentes quizá no podemos apoyar a los estudiantes en procesos emocionales en otros ámbitos de su vida, pero sí podemos considerar sus experiencias, conocer cómo han sido afectados por estas y buscar la manera de hacer el aula y su recorrido por la escuela más sencillo.
Crea un espacio seguro
Independientemente de la experiencia que haya vivido un estudiante, hacerle saber que el aula en la que se encuentra es un espacio seguro es muy importante. Esto ayudará a restaurar la confianza en los adultos y en las autoridades, además de que brindará un espacio tranquilo para que el cerebro estresado se relaje y esté más dispuesto al aprendizaje.
Hazle saber a tus alumnos que los escuchas, evita juzgar sus opiniones y valida lo que sienten, si ellos confían en que el docente creerá en ellos si llegan a señalar alguna situación y que tienen un espacio para expresar lo que sienten sin ser juzgados, sabrán que se encuentran en un lugar seguro.
Ayúdalos a vincularse con sus compañeros
Para un alumno que ha vivido acoso escolar volver a confiar en sus compañeros puede ser complicado, lo cual puede obstaculizar la formación de vínculos importantes en su vida. Es posible que hacer amigos no sea tarea sencilla y que de alguna manera expresen ciertas actitudes poco sociables. Busca espacios para que puedan hablar de ellos mismos, de sus gustos, ideas y pasatiempos, pero que también escuchen a otros, esto hará saber a todos en el aula que tienen más cosas en común de las que imaginan.
Las actividades en equipo pueden ser también un gran recurso para formar vínculos entre compañeros, sin embargo es importante que los alumnos tengan a la mano una guía para crear dinámicas de equipo saludables que inviten a la cooperación y que no generen mayores desencuentros.
Restaura su autoconfianza
Cualquier persona que haya sufrido alguna experiencia de violencia, de acoso escolar o de maltrato experimenta también dificultades para construir su autoestima, esto porque muchas veces nos sentimos culpables sobre las experiencias vividas o el mensaje que nos transmiten los abusadores tiende a hacernos sentir menos.
Ayudar a los alumnos a mejorar su autoestima y saberse capaces de resolver nuevos retos es muy importante, no solo para su bienestar emocional, también para su aprendizaje, pues es esencial que se sepan capaces de enfrentar los desafíos y que aprecien sus habilidades. No siempre es fácil prestar atención a todos los estudiantes y reforzar el autoestima de cada uno, pero sentar las bases de una clase en la que se respete a los otros, en la que celebremos las victorias de todos los alumnos y busquemos empujarlos a un mayor crecimiento es importante. Recuerda plantear una mentalidad de crecimiento, hazles saber que incluso los errores forman parte del desarrollo y del aprendizaje.
Comparte estrategias de regulación emocional
Para cualquier persona que ha sufrido algún tipo de trauma emocional puede ser difícil regular sus impulsos emocionales, a veces incluso reconocerlos puede ser complicado. Darle a los alumnos estrategias para navegar durante los momentos difíciles es necesario, ideas como la respiración consciente, algunos ejercicios de anclaje para manejar la ansiedad o recursos como la escritura, el dibujo y el ejercicio físico, pueden ayudarles en los momentos más complejos.
Recuerda darles un espacio para transitar sus emociones, permite que busquen su propio ritmo y que aprendan a expresar cuando necesitan tiempo para gestionar algo antes de entrar en conflicto. Salir a caminar fuera del salón de clases, conversar con alguien cuando se sienten abrumados o tomarse unos minutos para respirar durante la clase puede ser más que suficiente.
¿Has tenido en tu aula niños o jóvenes que previamente sufrieron bullying? ¿Cómo los has ayudado a superar esta experiencia? ¡Comparte con nosotros!