Escribir es un acto que involucra muchas zonas del cerebro y requiere de muchos procesos cognitivos. Desde el manejo del vocabulario, la construcción de frases, el uso de la motricidad fina para tomar un lápiz o manejar un teclado, hasta la construcción de ideas coherentes y el refinamiento del uso del lenguaje en un medio escrito.
A través de la escritura tenemos la oportunidad de transformar nuestras experiencias e incluso emociones a un lenguaje concreto, visible y reflexivo, que nos permite visualizar mejor lo que hemos aprendido y procesar lo que estamos sintiendo, pues nos ayudar a trasladar conceptos o poner palabras a pensamientos que dentro de nosotros parecen indescriptibles, abrumadores o inmensos. En el ambiente escolar, nos ayuda a “traducir” la información que obtenemos de las clases en conceptos que previamente hemos tenido que repensar y construir más allá de nuestra voz interna, lo que le da forma y significado.
A pesar de ello, el uso de la escritura no es muy difundido en la educación, si bien si utilizamos la escritura para copiar información o anotar algunas ideas, en la educación básica no siempre hay oportunidades para crear textos largos con estructuras complejas, como ensayos, narraciones o incluso descripciones sencillas, ocurre con más frecuencia que los alumnos copien información de los pizarrones, de los libros o que utilicen recursos como los cuadros sinópticos, que si bien tienen ventajas, no permiten el libre uso de ciertas habilidades.
¿Cómo comenzar a escribir?
Es importante decir que escribir no necesariamente es una actividad que no se nos facilite a todos, algunas personas suelen tener más habilidades verbales de formar natural, por lo que a los aprendices visuales les podría costar un poco más de trabajo cumplir cabalmente con estos ejercicios. Sin embargo el aprender a escribir nos ayudará a todos a organizar mejor nuestras ideas, darles forma y estructura, así como a expresarnos con mayor facilidad y por lo tanto comunicarnos con mucha más efectividad.
Poco a poco
Es necesario que tengamos en mente los desafíos de los alumnos cuando establezcamos esta actividad y no pedir de un día para otro una narración compleja o un ensayo largo, se trata de comenzar a trabajar con ellos las habilidades que necesitarán para escribir y motivarlos a realizar algunos ejercicios pequeños. Si comenzamos con escritura creativa se sentirán más libres y menos tensos al momento de escribir.
Explorar con los alumnos las características de los diferentes tipos de textos es un buen primer paso, así sabrán de qué tratan los textos narrativos, descriptivos, expositivos y argumentativos es necesario para que puedan distinguir entre las herramientas que usarán, por ejemplo, en un texto narrativo requerirán mayor cantidad de verbos, mientras que en un descriptivo será necesario conocer más adjetivos. También podemos trabajr con ellos una estructura básica para crear cualquier texto, donde tengan un proceso organizado para crear sus trabajos, comenzar por hacer una lista de hechos o de ideas que queremos expresar para luego organizarlas es importante.
La práctica hace al maestro
Si bien es necesario darles herramientas para crear sus primeros textos, también es necesario que practiquen el simple hecho de conectar palabras. Por ello tener ejercicios como diarios, bitácoras y pequeños párrafos que deban entregar al finalizar el día o la semana puede ayudar a que su escritura sea más fluida y menos tensa.
También puedes añadir ejercicios creativos, de cuentos alocados en los que utilicen a sus personajes favoritos o situaciones comunes con alguna característica particular, el trabajo de la imaginación también es importante.
¿Crees que los ejercicios de escritura puedan ayudar a tus alumnos? ¿Qué tanto escriben tus alumnos en su día a día? ¡Comparte tus experiencias con nosotros!