Los trastornos de salud mental han afectado a muchas partes de nuestra sociedad en la actualidad, no se trata solo de algunos adultos, también los niños y jóvenes han experimentado distintos trastornos de salud mental desde siempre, aunque quizá ahora, tras la pandemia, veamos un aumento de casos de ansiedad o depresión con mucha más claridad que en otros momentos.
¿Qué pasa si tenemos alumnos que han experimentado depresión, ansiedad o incluso trastornos de otros tipos?
Es importante que sepamos que la salud mental es un tema que nos atañe a todos, tanto adultos como niños y adolescentes pueden llegar a manifestar problemas relacionados con trastornos neurológicos o del estado de ánimo y su presencia tiene importantes efectos en nuestras actividades diarias, trabajar o estudiar no es lo mismo cuando se vive con estas condiciones. ¿Cómo podemos apoyar a nuestros alumnos?
No siempre existe un diagnóstico
Muchos de los estudiantes y sus familias no están conscientes que existe una condición de salud mental y es normal, la información aún es limitada para estos temas, así como los accesos a recursos para su identificación y tratamiento. Si bien nosotros como docentes no podemos cambiar estas circunstancias ni mucho menos diagnosticar a los alumnos, sí podemos hacer algunos ajustes en nuestro día a día para ayudarlos a transitar por la escuela de la mejor manera posible.
Quizá identificar estos factores sea más sencillo en algunos casos, pero en ocasiones podrían pasar desapercibidos o ser confundidos con rasgos de personalidad, así que es importante que, aunque no sepamos de manera fehaciente si tenemos alumnos con algún problema de salud mental, igualmente estemos atentos y utilicemos estrategias que hagan sentir bienvenidos y cómodos a todos nuestros alumnos.
Adaptar nuestros recursos
Un cerebro con ansiedad no puede aprender, al menos no de la misma manera que sus compañeros. Nosotros podemos ayudar a que la ansiedad dentro del salón de clases sea lo menos problemática posible, aunque no podamos resolver problemas personales ni cambiar contextos, podemos crear un aula incluyente y amable para todos.
Con algunos pequeños ajustes ayudaremos a más de uno a sentirse mejor en el aula.
Procura mantener una rutina
La ansiedad hace difícil el no saber qué ocurrirá a continuación, las sorpresas no siempre son agradables para todos y tener una idea clara de cómo serán nuestros días puede ayudarnos a disminuir cualquier temor. Procura anunciar a tus alumnos sobre cualquier cambio en el día a día y presentar detalladamente las actividades del día. Así todos sabrán que esperar.
Ofrece recursos visuales y auditivos, a veces tomar apuntes, concentrarse en la clase e incluso participar es demasiado para un solo día. Si tus estudiantes cuentan con recursos para antes y después de la clase podrán sentirse más cómodos sin la presión de tomar apuntes detallados.
Busca diferentes maneras de participar. Pedirles que todos se comuniquen de forma oral dentro del aula puede dejar fuera a algunos alumnos, procura darles tiempo de pensar sus respuestas y la posibilidad de expresarse forma escrita o visual, o con recursos que no sean necesariamente en tiempo real, como videos y audios.
Crea un ambiente seguro dentro de aula. Crear una sensación de comunidad al interior y hablar con tus estudiantes para que sepan que tú no los juzgarás, que tu validarás sus emociones y que estarán seguros en tu aula, puede ayudarlos mucho a sentirse más animados y tranquilos.
¿Alguna vez has tenido un estudiante con problemas de ansiedad o depresión? ¿Cuál fue tu experiencia en ese sentido? ¡Compártela con nosotros!