Para muchos adultos es difícil ver lo estresante que puede ser la vida cotidiana para los más jóvenes, sentimos que los niños y adolescentes tienen poco de qué preocuparse, su vida se limita a la escuela, sus relaciones sociales y sus dispositivos digitales, tendemos a creer que los problemas de los adultos son los realmente importantes y en muchas ocasiones hacemos menos las dificultades que experimentan, al considerarlas pequeñas, también creemos que muchos de ellos se deben a la adolescencia y damos por hecho que todo pasará una vez que crezca un poco más.
La realidad es que el mundo vive un momento difícil para la salud mental de las personas, muchos hemos experimentado problemas de ansiedad o depresión y curiosamente los más jóvenes son uno de los grupos más afectados por estas dificultades, incluso muchos niños viven de cerca estos problemas y para los adolescentes puede ser muy complicado gestionar todo lo que ocurre a su alrededor y en su interior. Es importante por ello estar atentos a sus emociones y guiarlos en una adecuada gestión, solo así tendremos generaciones saludables en el futuro.
¿Cómo ayudar a los adolescentes a cuidar su salud mental?
Hablemos del tema
Para muchas personas los problemas de salud mental, además de ser muy difíciles de transitar, se convierten en un secreto, una pesada carga que no comparten con otras personas por temor a ser señalados o incluso por temor a descubrir que algo no funciona bien en ellos mismos. Las enfermedades mentales llevan un enorme estigma social desde hace muchos años y esto orilla a muchas personas a continuar su vida como si no pasara nada mientras lidian con emociones que no entienden y procesos que no han podido sanar. Muchas personas viven con ansiedad, depresión o incluso otro tipo de trastornos sin saber que esto es lo que ocurre en ellos, pues muchos temas de salud mental continúan siendo un secreto en las familias, los grupos de amigos y otros sitios.
Hablar abiertamente del tema puede ser el primer paso para que muchas personas se sientan más seguras en su entorno, así como para reconocer las dificultades que enfrentan, entenderlas sin temor y buscar la ayuda que necesitan. Es normal temer a desconocido, por lo que arrojar un poco de luz en los temas más difíciles es necesario siempre. Abordarlo de vez en cuando con nuestros adolescentes podría darles un empujón en la dirección correcta.
Escuchar y validar
Es común que muchos adolescentes sientan que los adultos no los comprenden y es que en realidad los adultos tendemos a querer dar consejos para resolver lo que vemos que enfrentan los jóvenes en lugar de escucharlos y validar sus emociones, pensamos que al haber pasado ya por las mismas etapas ellos deberían escucharnos a nosotros y no al revés.
Es importante reconocer que cada experiencia es distinta y el mundo que habitan los jóvenes hoy en día es muy diferente al que vivimos nosotros, si un adolescente nos comparte sus preocupaciones es necesario escucharlos activamente, buscar entender su punto de vista y sobre todo hacerles saber que lo que están sintiendo es totalmente válido, que sus emociones no son malas. Para muchas personas, no solo para los jóvenes, tener a alguien que les escuche puede resolver gran parte de sus problemas, simplemente porque se sentirán comprendidos, suficientemente importantes como para expresar sus pensamientos. Evitemos juzgarlos o regañarlos cuando nos comparten lo que les ha pasado.
Buscar recursos juntos
Es verdad que algunas situaciones pueden ir mucho más allá de lo que nosotros podemos resolver al escucharlos, no siempre tenemos todas las respuestas ni todas las rutas para salir de un problema, lo que sí podemos hacer es acompañar a los adolescentes en el proceso de buscar respuestas. Si no tenemos a la mano recursos adecuados para tratar algún problema podemos tratar de darle un empujón en la dirección correcta a los alumnos, desde recomendar estrategias para la gestión emocional hasta buscar juntos asociaciones o instancias a las que puedan acudir por apoyo terapeútico.
La intervención de un profesional de la salud mental nunca está de más, todos podemos beneficiarnos de la terapia y tener acceso a tratamiento médico cuando es necesario puede salvarnos la vida.
Herramientas cotidianas
Si bien no podemos incidir en la vida personal de los alumnos y muchas veces su contexto es muy desafiante, en el salón de clases podemos ofrecer herramientas que ayuden a hacer de sus horas en estos espacios momentos seguros y tranquilos en los que ellos puedan sentirse relajados para aprender o en los que puedan encontrar herramientas para los días en los que las emociones son demasiado intensas.
Crear un aula estructurada y segura puede hacer la diferencia. Busca que en tu aula expresar emociones sea siempre bienvenido, en donde puedan encontrar estrategias para gestionar la ira, la tristeza o la ansiedad y en donde la rutina conocida sea un respiro para la ansiedad.
¿Has notado que en los jóvenes la salud mental se ha convertido en un problema común? ¿Qué acciones crees que podemos implementar en nuestro entorno para ayudar a los jóvenes con este tema? ¡Comparte con nosotros tus ideas!