El cine, como expresión artística y cultural, tiene un potencial enorme para enriquecer las dinámicas de clase y profundizar los aprendizajes. Más allá de ser un recurso de entretenimiento, las películas pueden convertirse en una herramienta pedagógica poderosa que fomenta el pensamiento crítico, la empatía y el aprendizaje significativo, pues forman parte de la expresión humana, del desarrollo cultural y la evolución de nuestras sociedades. Pero ¿cómo podemos llevar este aspecto del entretenimiento y el arte a nuestras aulas?
¿Qué ver?
El primer paso para incluir el cine en el aula es elegir películas que estén alineadas con los objetivos de aprendizaje. Las películas pueden ser utilizadas para abordar temas históricos, sociales, científicos o literarios, pues el cine ha abarcado un gran espectro de la experiencia humana en diferentes películas. Por ejemplo, una cinta como Figuras ocultas de 2016 puede ser ideal para discutir temas de género y ciencia, mientras que El niño que domó el viento de 2019 puede inspirar conversaciones sobre innovación y sostenibilidad. Estas películas las podemos encontrar fácilmente en plataformas e incluso las podemos usar para crear un cineclub en compañía de todos nuestros alumnos. Si bien es importante que la selección sea apropiada para la edad y el contexto de los estudiantes, existen muchas opciones que podemos seleccionar incluso en conjunto, lo cual aumentará su motivación.
¿Por qué verlo?
Antes de proyectar una película, es fundamental definir las expectativas del ejercicio, tanto para nosotros mismos como para los propios alumnos, qué esperamos que los estudiantes aprendan o reflexionen. ¿Se busca que analicen un hecho histórico? ¿Que identifiquen valores éticos? ¿Que comprendan la estructura de un género literario? Establecer objetivos claros ayuda a guiar la actividad y a maximizar su impacto educativo, además nos puede ayudar para integrar diferentes áreas del conocimiento en una misma actividad. Es útil proporcionar a los estudiantes una guía de observación con preguntas o aspectos específicos a los que deben prestar atención para ayudarlos en este proceso.
Análisis crítico
Después de ver la película, es importante dedicar tiempo a discutir y analizar su contenido. Puedes organizar debates en los que los estudiantes compartan sus impresiones, identifiquen los mensajes principales y relacionen la trama con sus propias experiencias o con los temas vistos en clase. Preguntas como "¿Qué habrías hecho tú en esa situación?" o "¿Cómo se relaciona esta historia con la realidad actual?" pueden estimular el pensamiento crítico y la participación activa.
Actividades transversales
El cine no debe ser una actividad aislada, sino parte de un proceso de aprendizaje más amplio. Por ejemplo, después de ver una película basada en una obra literaria, los estudiantes pueden comparar la adaptación cinematográfica con el texto original, analizando qué elementos se mantuvieron y cuáles se modificaron. También pueden realizar proyectos creativos, como escribir un final alternativo, crear un póster promocional o grabar un cortometraje inspirado en la película.
Abrir los horizontes
El cine es una ventana al mundo, y su uso en el aula puede ser una excelente oportunidad para exponer a los estudiantes a diferentes culturas, idiomas y perspectivas. Películas extranjeras, documentales o cortometrajes pueden ampliar su visión del mundo y fomentar la tolerancia y el respeto por la diversidad. Aprovechar el acceso a la tecnología y crear comunidad son excelentes rutas para ayudar a los alumnos a vivir el cine desde diferentes perspectivas.
¿Cómo se hace el cine?
Además del contenido narrativo, el cine ofrece la oportunidad de analizar aspectos técnicos como la fotografía, la música, la edición y la actuación. Invita a los estudiantes a reflexionar sobre cómo estos elementos contribuyen a transmitir emociones y mensajes. Por ejemplo, ¿cómo influye la banda sonora en el clima de la película? ¿Qué efecto tiene el uso de colores o planos específicos? Este enfoque no solo enriquece su apreciación cinematográfica, sino que también desarrolla su capacidad de observación y análisis.
A través de las películas, los docentes pueden despertar el interés de los estudiantes, fomentar el pensamiento crítico y abordar temas complejos de manera accesible y atractiva. ¿Qué tanto has incorporado el cine a tus clases? ¡Comparte con nosotros tus ideas y estrategias!