La pandemia cambió muchas cosas, la manera en la que convivimos con las personas, nuestras relaciones, la conexión con el mundo fuera de casa, todo se ha transformado desde la aparición del Covid-19 y aunque la emergencia ha terminado, hemos vuelto a una nueva rutina y poco a poco sentimos que hemos retomado la normalidad, también sabemos que algunas cosas no son iguales. Muchos niños iniciaron su vida escolar alejados de las escuelas, sin poder convivir físicamente con sus compañeros, sin conocer a sus maestros, muchos otros pasaron de ser niños a adolescentes sin salir de casa, cambios que dejaron una profunda huella en nuestra sociedad, para bien, si, porque aprendimos que somos capaces de muchas cosas, pero también existen algunos cambios que nos han afectado.
Aunque los niños y adolescentes tienen una capacidad muy importante para adaptarse y han logrado pasar del aislamiento a la convivencia cotidiana, así como integrar el uso de la tecnología en estas actividades, también han dejado de lado ciertas habilidades que solo se obtienen durante el desarrollo y en el ambiente escolar. Por ello es importante crear un salón de clases que les permita incorporar el trabajo en equipo, la conexión personal con otros, el diálogo y la cooperación como partes esenciales del día a día.
¿Por qué esto es tan importante?
Aunque la tecnología y el ritmo de vida que llevamos actualmente a veces nos hace sentir que podemos y debemos lograr todo por nuestra cuenta, que los logros que cuentan son únicamente los propios, los grandes logros de la humanidad se deben al trabajo en equipo y los grandes retos que enfrentamos actualmente solo pueden resolverse a través de la cooperación. Más allá de eso, los desafíos diarios, los problemas de nuestras comunidades, de nuestro entorno cotidiano, requieren del trabajo en colectivo, de escuchar las necesidades de los demás y de comunicar las propias. Preparar a nuestros alumnos para el futuro requiere, por tanto, de enseñarles a trabajar en equipo.
A pesar de ser tan esencial, gran parte del aprendizaje escolar transcurre de forma individual, resolver exámenes, entregar tareas, escribir ensayos, las calificaciones, los logros que se reconocen son siempre los individuales, se evita incluso que las tareas o los exámenes se resuelvan en conjunto. Si bien es importante que aprendamos a resolver todo esto por nosotros mismos, también es importante incorporar la cooperación como parte esencial del aprendizaje.
¿Cómo podemos integrar esto en nuestra aula?
Parece obvio, pero los trabajos en equipo escolares a veces se transforman en espacios individualizados, donde cada miembro del equipo prefiere aislarse y realizar tareas a solas antes que colaborar con el otro, por ello más allá de dejar trabajos en equipo, es necesario que pongamos atención a las dinámicas de dichos equipos, más que el resultado en estos casos buscaremos evaluar el proceso, ayudar a los alumnos a establecer mejores condiciones de trabajo para sus grupos, guiarlos a compartir sus opiniones y escuchar a los demás, así como a descubrir que los resultados en equipo son poderosos, importantes, más fuertes que algunos resultados individuales.
Integrar en los trabajos grupales la importancia de los roles de trabajo, de escuchar a otros, las lluvias de ideas, la aportación de opiniones, dinámicas en donde se construyan soluciones pensadas en colectivo, les puede ayudar a darse cuenta de la importancia de trabajar en equipo, más allá de la calificación, por lo mucho que aportan.
Jugar en equipo
Aunque a veces gran parte de nuestro trabajo como docentes transcurre con mucha seriedad, darle a los alumnos la oportunidad de trabajar habilidades más allá del contexto académico puede ser tan importante como cualquier tema de nuestra asignatura. El juego, por ejemplo, es un recurso del ser humano muy importante para su desarrollo y lo que aprende de este le sirve más allá de la diversión y el descanso. A veces sentimos que los niños, conforme van creciendo, deben jugar menos, sin embargo esta actividad puede tener tantos beneficios a cualquier edad como en la primera infancia.
Incluir, por tanto, juegos de equipo en nuestras aulas es muy importante. No solo juegos de competencia, sino juegos en los que todos deban participar con un objetivo en común, en los que se valoren las habilidades de todos, diversas y particulares.
¿Crees que el trabajo en equipo es importante para tus alumnos? ¿Cómo fomentas esto en ellos? ¡Comparte con nosotros tus estrategias!