Aprender es cometer errores, es descubrir todas las cosas que no sabemos y enfrentarnos a mucha incertidumbre, afrontar retos y lanzarnos hacia nuevas aventuras implica cierto riesgo. Los niños en pleno desarrollo están en constante aprendizaje, están descubriendo el mundo y por lo tanto se enfrentan a lo desconocido con bastante frecuencia, por ello es que ayudarlos a desarrollar seguridad y fortalecer su autoestima es tan importante. Enseñarles a ser amables consigo mismos y con su proceso es fundamental, aunque la narrativa general suele estar dirigida en el otro sentido.
Socialmente, lo más común es que veamos el fracaso como algo de lo que avergonzarse, tendemos a señalar los errores como algo negativo, mientras celebramos solamente el éxito, lo cual muchas veces opaca la realidad detrás de cualquier triunfo, las horas de práctica, las equivocaciones, las veces que se ha intentado sin alcanzar una meta específica, el trayecto y el proceso que implica. Esta narrativa se repite mucho en la escuela, en donde obtener malas calificaciones, equivocarse en las tareas o los exámenes, es visto como algo negativo, que debe cambiarse inmediatamente.
¿Qué podemos cambiar?
Si bien celebrar los éxitos es importante, también es necesario elogiar el esfuerzo, el proceso, hacerles ver a los estudiantes que sin importar el resultado que obtuvieron en un momento específico este no determina lo que ocurrirá más adelante y que muchas veces los errores y los malos momentos son tan importantes como los aciertos, ya que son la base para aprender, mejorar y conseguir nuestras metas. Esto ayudará a aliviar la presión para quienes tienden a sacar buenas calificaciones, pues se darán cuenta que está permitido equivocarse, mientras que dará optimismo a quienes están en el camino y necesitan motivación para mejorar sus propias notas.
Autoconfianza
Aunque recibir retroalimentación positiva de los adultos es una parte fundamental del desarrollo, ayudar a los alumnos a construir una autoestima fuerte que evite que su discurso interno tienda a llenarse de reproches, preocupaciones y observaciones negativas es una parte esencial, pues esto les ayudará a enfrentar retos en ele futuro y a lo largo de todo su proceso educativo, serán alumnos seguros de sí mismos, autónomos y capaces de resolver los retos que se encuentren.
¿Qué podemos hacer para que ellos mismos aprendan a ser sus mejores animadores?
Sé un buen modelo
Las palabras que elegimos para hablar con los alumnos e incluso con nosotros mismos son el modelo que los alumnos tienen al construir su visión de las cosas. Si en nuestro discurso cotidiano tendemos a omitir nuestros propios errores, a evidenciar los fracasos y las equivocaciones como algo malo que debe evitarse y celebramos solamente a quienes han obtenido buenas calificaciones, sin resaltar su proceso de aprendizaje o resaltar las pequeñas victorias de todos nuestros alumnos será más fácil que ellos desarrollen un discurso negativo acerca de estos aspectos.
Puede ser complicado para nosotros cambiar el discurso que tenemos con nosotros mismos e incluso con los estudiantes, estamos acostumbrados a una visión de las cosas y hay mucho de esto que tenemos interiorizado, pero ser conscientes del impacto de nuestras palabras puede ayudarnos mucho a cambiarlo. Comenzar por nosotros mismos y ser más amables con nuestros procesos, reforzar nuestra confianza y permitirnos equivocarnos como parte de nuestros propios procesos puede ser la clave para ayudar a nuestros alumnos.
Hazlo obvio
La manera en la que nos hablamos a nosotros mismos no siempre es algo que compartamos en voz alta y muchas veces es algo que no notamos, hacer espacio en el salón de clases para desarrollar un autodiscurso más positivo tendrá un mayor impacto del que imaginas. Crea momentos en los que todos los alumnos compartan algo de lo que se sienten orgullosos semana a semana, celebra con ellos sus pequeños logros, hazles ver la importancia de cometer errores. Revisar con ellos sus ejercicios o exámenes para descubrir en dónde se equivocaron es una buena manera de mostrarles que equivocarse es tan necesario como positivo, solo así tendrán en mente estos errores en el futuro.
¿Crees que ayudar a los alumnos a ser más amables consigo mismos es importante? ¿Crees que esto puede cambiar su forma de afrontar los errores? ¡Comparte tus ideas con nosotros!