La formación que recibimos en la escuela nos ayudará a enfrentar el futuro, así como a contribuir a la resolución de las muchas necesidades que enfrentamos como seres humanos, poco a poco, gracias a nuestros docentes, descubrimos el mundo a nuestro alrededor y le damos explicación a los fenómenos que nos rodean, además aprendemos buscar por nosotros mismos, a innovar, a resolver problemas, proponer nuevas visiones. Por ello es que además de brindar datos, la escuela debe ser un espacio en el que se desarrollen habilidades esenciales, tales como el pensamiento crítico.
El pensamiento crítico nos ayuda a contrastar información, llegar a conclusiones por nosotros mismos, distinguir falsa, unificar diferentes opiniones, llegar a nuestras propias conclusiones y crear con nuevo conocimiento.
¿Cómo podemos promover el pensamiento crítico entre los estudiantes?
Déjalos que investiguen
Una parte importante del proceso de aprendizaje no es solamente aprender números o crear apuntes, sino el aprender a obtener conocimiento propio, pues inevitablemente al salir de la escuela mucha información se habrá actualizado y nuevos descubrimientos habrán surgido. Por ello es que enseñar a los niños a investigar, buscar respuestas por sí mismos y aprender a discriminar la información útil de la falsa es tan importante.
Una parte necesaria de nuestra labor está en fortalecer sus habilidades de observación, registro de evidencia, discriminación de la información, así como la capacidad de comunicar sus descubrimientos y recibir retroalimentación de sus pares. Promueve los proyectos en los que los mismos alumnos puedan estar en contacto directo con los datos, los experimentos científicos, fuentes diversas, y sobretodo que sean capaces de escuchar a su compañeros, así como ser críticos con sus propios resultados. Aunque nuestros alumnos sean jóvenes, familiarizarse con el método científico les beneficiará a lo largo de todo su camino escolar.
Promueve el debate
Escuchar el pensamiento de otros, la experiencia que han tenido ante cualquier evento, así como el conocer estructuras argumentales y de lenguaje que les puedan ayudar a expresarse claramente, formular sus pensamientos y transmitirlos es muy importante. Un debate escolar puede ayudar a los alumnos a darse cuenta que al escuchar otras posturas podrán alimentar mejor sus conocimientos, no porque deban tener razón todo el tiempo, sino para aprender y construir en conjunto visiones más completas del mundo.
Procura hacer del debate una actividad cotidiana en tu aula, promueve la conversación entre los alumnos, busca que compartan sus observaciones y experiencias al resolver sus tareas, los exámenes o completar algún proyecto.
Busca que hagan preguntas
Aunque una parte importante de la escuela es aprender cosas que otras personas han descubierto, también es necesario hacerles ver que todo el avance científico y el estudio de la historia, del lenguaje o de las ciencias naturales se ha dado debido a la búsqueda de respuestas y por lo tanto, sus preguntas son tan importantes como las que se hicieron los científicos tiempo atrás. Crea una sección en tu clase en la que hacerse preguntas sea el objetivo principal, no tendremos la respuesta a todas ellas y algunas quizá estén totalmente fuera de nuestro campo de acción, pero promover esto entre los alumnos y buscar que sean ellos quienes las resuelvan, con base en sus libros o la investigación ayudará a desarrollar un pensamiento más crítico, que cuestione lo que ve y lo que sabe.
Responde a sus por qué
A veces como adultos lo que más queremos es que los alumnos sigan instrucciones, pues esto nos ayuda a gestionar mejor los espacios y a hacerlos más seguros, pero algunos alumnos tienden a cuestionar a la autoridad continuamente, por lo que se preguntan la razón detrás de todo lo que los adultos les indican. Aunque esto puede llegar a ser frustrante, resolver estas preguntas es tan importante como aprender a leer, pues se trata de su mente buscando explicaciones a lo que ocurre a su alrededor.
Aunque no siempre tengamos las respuestas claras y concisas, buscar junto con ellos las razones que anteceden a las reglas, a los temas vistos en clase, a sus dudas personales, puede fomentar en ellos una curiosidad esencial para el desarrollo.