El aprendizaje es un proceso muy complejo que requiere de diferentes etapas y procesos, esto frecuentemente implica mucha práctica, repetición y es inevitable cometer errores, por lo que también puede ser un proceso frustrante, especialmente en estudiantes cada vez más acostumbrados a la inmediatez de la tecnología, capaz de proveer información en pocos segundos y que muchas veces aparenta ser la solución a numerosos problemas, por ello trabajar con los más jóvenes su tolerancia a la frustración es muy importante.
¿Cómo ayudar a los niños y adolescentes a aumentar su tolerancia y a disfrutar el proceso de aprendizaje? Aquí algunas ideas.
Elimina el miedo al fracaso
Vivimos en una sociedad que valora el éxito de las personas sin considerar el fracaso que hubo detrás previamente, por lo que existe una ilusión constante de que las personas que fracasan están mal, como si esto permaneciera y no pudiera cambiarse, sin embargo la única realidad es que para lograr un éxito necesitamos practicar con anterioridad, cometer errores, aprender de ellos, cometer nuevos errores y aprender nuevamente, a veces incluso desaprender e intentarlo de nuevo.
Esto no se transmite mucho en las escuelas, donde la expectativa implica que los estudiantes tengan éxito en los examen, participen correctamente, resuelvan sus tares sin errores, se valora la respuesta correcta sin considerar los fracasos. Podemos cambiar esto al mostrarle a los alumnos que los fracasos son parte del camino, son inevitables y son muy provechosos, así ellos tendrán menos miedo a equivocarse y se sentirá más seguros aún si esto ocurre.
Valora los retos
Enseñarle a los niños y adolescentes que el esfuerzo es también una recompensa puede ayudar a contrarrestar la sensación de que todo debe ser obtenido fácilmente, poner el foco en las características positivas del proceso para llegar a cierto resultado ayudará a disfrutar también este proceso y no solamente concentrarnos en el éxito. Es importante hacer de cada paso algo importante, evitar poner el foco en recompensas muy lejanas, como los exámenes o el futuro, y enfocarnos en el presente.
También podemos valorar esto a través de ejemplos como los libros o las películas, en donde las historias nos hablen de un viaje y de su importancia más allá del destino o de una meta, pues aunque es importante tener metas claras, también lo es disfrutar el camino.
Motívalos a pedir ayuda
En ocasiones queremos hacerlo todo solos, ya sea porque nos han enseñado a demostrar fortaleza a través de hacer las cosas por nosotros mismos o porque nos causa pena el admitir que necesitamos ayuda, sin embargo trabajar en comunidad, necesitar ayuda, asumir que no podemos con todo solos es más que necesario, de hecho es importante para crear una sociedad solidaria y amable.
Motiva a tus alumnos a pedir ayuda cuando enfrentan un problema o cuando sienten que algo no les sale como desearían, no porque alguien más pueda resolver sus tareas o sus exámenes, sino para sentir que trabajan en comunidad, para que vean que trabajar en equipo es necesario y que está permitido necesitar ayuda, así como prestar ayuda a otros, juntos tus alumnos serán más fuertes.
Déjalos que expresen su frustración
La frustración suele inspirar emociones poderosas, sentirnos enojados o tristes es normal cuando no logramos las cosas que queremos en el momento en el que las deseamos, por lo que la clave para tolerar la frustración no es dejar de sentirla, sino superarla y continuar una vez pasada. Está bien descansar, está bien cuidar de nosotros mismos y está bien sentir enojo o tristeza cuando algo no ha salido como queremos, no se trata de elidir la frustración, sino de aprender a volver a nuestros esfuerzos una vez pasada la sensación.
Ayuda a tus alumnos a transitar sus emociones y muéstrales que volver a intentar está bien, he ahí la clave, el no abandonar por sentirnos frustrados, sino reponernos y admitir que hemos fallado. ¿Qué estrategias utilizas tú en tu salón de clases para ayudar a tus alumnos con esto?