Todos tenemos asignaturas para las que siempre hemos sentido que tenemos más habilidad en comparación con otras, algunas áreas del conocimiento simplemente se nos facilitan mientras otras no tanto, esto es algo común, normal para todas las personas, sin embargo en ocasiones la presión escolar y la expectativa de los adultos puede hacer que una simple preferencia se transforme en una pesadilla para algunos alumnos, quienes llegan a desarrollar aversión a las asignaturas en las que más dificultades tienen.
Problemas de salud
Para los adultos puede parecer algo exagerado pensar que un estudiante desarrolle tal aversión a ciertas materias que le cause ansiedad u otros problemas serios de salud mental o que esto pueda realmente interponerse en su aprendizaje, sin embargo desde la perspectiva de un estudiante que enfrenta el estrés de algo como esto y que, en ocasiones no encuentra el apoyo necesario en la escuela o en casa para sobreponerse a una dificultad en el aula puede convertirse en un problema real, algo que sólo tiende a hacerse más complejo con el tiempo, pues aunque logre pasar un examen, el siguiente ciclo escolar será mucho más difícil, con mucha más presión. Esto puede generar sensaciones de desesperanza, pues ellos sentirán que no serán capaces de superar este reto en ningún momento, para algunos puede significar abandonar todo esfuerzo y para otros despertar sentimientos de tristeza muy profundos.
¿Inteligencia?
Es importante señalar que muchas veces la habilidad que tienen algunos estudiantes para ciertas materias son calificadas de “inteligencia”, a los alumnos que naturalmente resuelven los problemas con facilidad se les elogia una capacidad que no eligieron, por lo que a quienes no la poseen se les señala entonces, sino directamente sí por eliminación, como poco inteligentes, sin habilidad. Esto agrega mucho a la sensación de que ya todo está determinado y que no importa los cambios o el esfuerzo que pongan en mejorar, las cosas seguirán igual.
Es necesario hacerle saber a los alumnos que el no tener facilidad para cualquier asignatura no implica nada acerca de ellos mismos, no determina su valor ni sus posibilidades de éxito, por el contrario, el autoconocimiento puede ser muy importante para superar los retos, detectar cuándo es que los desafíos son más difíciles y desarrollar estrategias para superarlos es lo que realmente nos llevará al éxito.
Además debemos evitar la idea de que hay niños mas inteligentes que otros, transmitir esto a los alumnos hace que aquellos que poseen otro tipo de habilidades se sientan menos, valorar los talentos de cada persona, enseñarles a valorarse a sí mismos y a trabajar para superar ciertas dificultades puede ayudarlos mucho más que presionarlos para resolver un examen.
Escuchar a los alumnos
Muchas veces creemos que los estudiantes que no van al ritmo de otros alumnos deciden de alguna manera quedarse atrás, que son más flojos que los demás, que voluntariamente prestan poca atención en el aula o que no resuelven sus tareas a propósito. Algunos incluso pueden hacer todo esto bien y seguir con dificultades al momento de resolver un examen, lo que los lleva a enfrentar incredulidad de parte de los adultos y mucha frustración.
Escuchar a los estudiantes es necesario para saber cómo podemos ayudarlos en su proceso, cada uno es distinto y lo que le funciona a un alumno podría no ser lo que necesita el otro, para algunos quizá las estrategias del aula sean simplemente poco útiles o estén experimentando alguna condición que hace difícil la adquisición del conocimiento al mismo ritmo que los demás. Hacerles preguntas y tratar de buscar nuevas rutas para solucionar sus dificultades es tan importante como que ellos hagan sus tareas o participen en clase.
Considera condiciones
La discalculia, la dislexia, disgrafia, el Trastorno de Déficit de Atención o incluso el autismo son factores que no debemos dejar de lado en el quehacer cotidiano de nuestra aula, aún si nosotros no podemos dar un diagnóstico o algo similar, si podemos poner en práctica estrategias para estas condiciones que aun si el estudiante no las presenta se podría beneficiar de ellas, esto puede además ayudar a otros estudiantes con características similares y no tiene nada de malo echar mano de algunas herramientas cuando estas nos facilitan la vida. Después de todo, uno de los grandes beneficios de conocer un diagnóstico es el de acercarnos a recursos que nos pueden facilitar áreas importantes del día día.
Haz equipo con las familias
Para algunas familias puede ser difícil conocer las mejores estrategias par ayudar a los estudiantes que están pasando por una situación como esta, se ejerce mucha presión para las tareas o los exámenes y si los padres o los familiares no saben bien cómo guiar a los jóvenes esto fácilmente se puede convertir en un tema de tensión en casa, precisamente porque se vuelve un tema de “esforzarse más”, de quitar privilegios, de condicionar el acceso a ciertas horas de descanso, etc. Lo mejor es hacer equipo con los padres y tratar de que se atienda desde todos los frentes, siempre con empatía, escucha activa y apoyo.
¿Has visto a un estudiante sufrir de aversión a ciertas materias? ¿Cómo les has ayudado? ¡Comparte con nosotros tu visión e ideas!