La conducta en el aula es un elemento muy importante y quizá uno de los más complejos de manejar y resolver en el día a día, podemos planear una gran cantidad de actividades y estrategias para favorecer el aprendizaje, pero si nuestros alumnos se presentan reticentes, molestos y distraídos en el aula todo puede pasar de una lección bien planeada a un día de caos en el aula. Cuando un estudiante tiende a presentar conductas disruptivas constantemente puede convertirse en un elemento de mucha tensión, tanto para nosotros como para sus compañeros.
¿Cómo trabajar con estudiantes que tienen más dificultades para gestionar sus reacciones? ¿Podemos prevenir este tipo de situaciones? Aquí hay algunas ideas para trabajar esto en nuestro salón de clases.
Conócelos bien
La conexión con los alumnos es fundamental para formar un buen equipo y esto comienza al conocerlos mejor, más allá de sus conductas, de su desempeño en el aula o incluso de lo que hace o dice al estar enojado, está un estudiante que tiene intereses propios, preocupaciones, ideas y opiniones, hacerles saber que todo esto es de importancia para el aula y para nosotros como personas ayudará a que los alumnos conecten con el grupo.
Demuéstrales que te importa conocerlos mejor y profundiza en sus intereses, déjalos que te muestren quienes son, que compartan sus pensamientos con sus compañeros y evita que la conducta que presentan sea una barrera para esa conexión, juntos podrán trabajar las razones detrás de su comportamiento.
Proporciona herramientas
Muchas conductas negativas están relacionadas con emociones sin gestionar que llegan a su punto más álgido y de pronto se expresan de forma abrupta. Ayudar a los alumnos a encontrar recursos para gestionar sus sentimientos como parte del día a día puede ayudarnos a evitar llegar a conductas que afecten nuestra dinámica del aula, pero es importante transmitirlas cuando ellos están tranquilos, cuando están dispuestos a escuchar y ponerlas en práctica aunque no exista un conflicto presente, estas herramientas ayudarán a todos los estudiantes, independientemente de si tienen dificultades expresadas en el aula o no.
Enséñales técnicas de respiración y habla de los momentos en los que estas son necesarias, ayúdales a reconocer cuando las emociones se desbordan para que puedan frenar antes de actuar, habla del vocabulario necesario para nombrar emociones y a escucharse a sí mismos para entender si están enojados, tristes o felices, todo esto ayudará a que reconozcan cuándo y cómo se presentan momentos en los que actúan por impulso, sin pensarlo y sin pensar en las consecuencias que enfrentarán.
Permite que empiecen de nuevo
Para muchos alumnos un antecedente de mala conducta implica ser etiquetados por siempre como estudiantes difíciles, se transmite entre profesores y muchas veces se convierte en la expectativa general para su día a día, esto les hace sentir que no tiene sentido esforzarse por portarse mejor o por cambiar de alguna manera, pues ellos siempre serán señalados. Por esto es que permitirles empezar de nuevo cada día, evitar los prejuicios sobre los estudiantes y tratarlos con justicia con respecto a sus compañeros es tan importante.
Hazles saber que todos los días tienen la oportunidad de tomar mejores decisiones, que su pasado no condiciona el trato que reciben en el aula y que siempre es posible destacar de manera positiva entre sus compañeros. Evitemos etiquetar a los estudiantes.
Ayúdales a sentirse en control
Para muchos estudiantes la escuela implica no tener ningún control sobre su entorno, los adultos eligen los horarios en los que deben realizar actividades, las mismas actividades son dictadas por otras personas, el aula en la que se encuentran, lo que aprenderán, deben seguir reglas que quizá no comprenden del todo y por lo tanto sienten que no tienen ningún control sobre sí mismos, aunque esto pueda parecer exagerado para un adulto, para un niño que está lidiando con su gestión emocional puede resultar abrumador.
Ayúdales a sentir que tienen el control de su ambiente al explicar las razones de las decisiones que se toman en el aula, las razones detrás de las reglas de conducta y también al darles opciones para que puedan elegir ellos mismos algunos elementos, tanto de sus actividades como de lo que ocurre en el salón de clases.
¿Cómo manejas la mala conducta en el aula? ¿Cómo trabajas con estudiantes que suelen contradecirte? ¡Comparte con nosotros tus ideas y consejos!