El estilo de vida actual, las muchas preocupaciones que enfrentamos y la falta de herramientas para manejar nuestras emociones han llevado a miles de personas a transitar estados de mucha ansiedad en los últimos años, la cual puede llegar a ser una pesada carga para vivir nuestra vida,
Es importante distinguir entre el estrés o el nerviosismo y trastornos de ansiedad, aunque muchas personas viven con estrés o se sientan nerviosas ante ciertas situaciones, estos estados suelen ser pasajeros, terminan una vez que la fuente principal de estas emociones se detiene. Vivir bajo un estrés constante puede llevar al desarrollo de trastornos de la salud, pero no es en sí mismo un trastorno o una condición de salud, aunque puede llevarnos a estados de ansiedad que también pueden ser episódicos, muchas personas sienten ansiedad ante cambios, obstáculos o momentos difíciles, algo que incluso puede ayudarnos a atravesar esos periodos gracias a que nuestro cuerpo se prepara para enfrentar situaciones difíciles.
Sin embargo, uando el estado de ansiedad deja de ser pasajero y se convierte en un problema por sí mismo es cuando hablamos de una condición de salud, el más conocido es el Trastorno de Ansiedad Generalizada, e implica que una persona ya no solo transita por momentos de ansiedad, sino que vive con este sentimiento constantemente. Si nos encontramos en una situación de este tipo es esencial buscar ayuda de un profesional, así como acudimos con un profesional cuando tenemos algún problema físico, nuestra salud mental también requiere apoyo e incluso a veces tratamiento médico, algo que no debemos ver como algo malo, pues nuestro cerebro también puede llegar a enfermarse.
Aunque acudir al médico es el primer paso, hacer algunos cambios en nuestra vida cotidiana puede ayudar mucho a mejorar nuestra sensación de ansiedad.
¿Qué podemos hacer para disminuir la ansiedad?
Cuida tu descanso
El estrés constante afecta nuestro sistema nervioso, nos mantiene en alerta continuamente y esto eventualmente puede desencadenar ansiedad al mantener nuestro cuerpo en constante tensión. Darle el descanso que necesita para mantenerse en funcionamiento a lo largo del día es muy importante, por ello es que prestar atención a nuestras horas de sueño, así como a la parte del día en la que necesitamos desconectarnos de las preocupaciones o de las responsabilidades de la casa y el trabajo es necesario.
Procura respetar tus horas de sueño, muchas veces sacrificamos horas para dormir mientras tratamos de ponernos al día con los pendientes, por lo que vamos acumulando horas de sueño perdidas que no recuperaremos. Priorizar nuestro sueño es necesario, sin importar lo abrumadoras que sean las tareas que aún no resolvemos, el no dormir apropiadamente solamente las hará más difíciles. Está bien si de vez en cuando tenemos que darle más peso a ciertos pendientes, pero hacer de esto un hábito continuo puede ser muy dañino para nuestra salud y también para quienes nos rodean.
Además de las horas de sueño, necesitamos un tiempo para descansar de nuestras obligaciones, tener espacios en la semana en los que desarrollemos alguna actividad que nos permita descansar de las presiones cotidianas nos ayudará a tener un mejor balance entre el trabajo, la casa y nuestra salud.
Cuida tu diálogo interno
La ansiedad tiende a hacernos ver los peores escenarios aún cuando nada de esto ha ocurrido, nos hace preocuparnos por cosas que no sabemos si llegarán a pasar pero que nos mantienen despiertos en la noche y preocupados a lo largo del día. También puede llegar a ser un torbellino de pensamientos que nos hacen sentir mal con nosotros mismos, nos acusan de haber cometido errores o nos hacen creer que no seremos capaces de superar los retos del futuro.
Hablarnos con más compasión y ser cuidadosos con el lenguaje que utilizamos en nuestras propias mentes puede ayudarnos a lidiar mejor con estos pensamientos. Ante una ráfaga de pensamientos ansiosos date la oportunidad de respirar, de anclarte de nuevo en el presente y recordarte que aunque los retos se presenten tú tienes la capacidad de superarlos. Cuando tengas mucha ansiedad detén un momento el torbellino y busca estrategias que te devuelvan al momento que estás viviendo. Estrategias de regulación sensorial pueden ser útiles para esto, como el contar cosas de cierto color, encontrar objetos que puedas tocar o probar, así como repasar mentalmente las partes de tu cuerpo, tensar los músculos y luego dejar ir esa tensión, todo esto es para que tu mente se concentre en algo concreto y no en escenarios futuros o pasados.
Comparte tus emociones
Hablar con otras personas de la ansiedad que sentimos puede ser muy complicado, en general llegar a compartir emociones puede volverse un reto, especialmente si tenemos la idea de que debemos ser capaces de lidiar con nuestras emociones nosotros solos, una concepción muy común de la época que vivimos. Sin embargo, compartir con otros el diálogo interno muchas veces ayuda a ver bajo otra luz nuestros pensamientos más ansiosos, nos puede ayudar a sentirnos más tranquilos, simplemente porque nos daremos cuenta de que no son tan grandes como los imaginábamos al interior.
La ansiedad se ha convertido en un problema común para muchas personas, lo cual no lo hace más sencillo. ¿Qué podemos hacer para combatir sus efectos? ¡Comparte con nosotros tus tips y consejos!