Aprender no es un trabajo simple, aunque a veces, como adultos, lo vemos como un proceso natural en todas las personas, quizá en parte por la tendencia a idealizar la infancia, en donde percibimos que los niños y jóvenes no tienen problemas o que estos resultan de poca importancia, en realidad en esta etapa se construyen muchas cosas para el futuro, pues los alumnos descubren quiénes son y las relaciones con los otros, con sus pares, con los adultos que les rodean e incluso consigo mismos.
Es la escuela el primer ejercicio social de los estudiantes, donde los vínculos afectivos se fortalecen, por otro lado, muchos niños y jóvenes enfrentan retos importantes para su día a día, que aunque como adultos nos parezcan menores en comparación con las responsabilidades que ganamos conforme crecemos, pueden llegar a ser muy complejos para ellos, con repercusiones para el futuro adulto.
Con esto en mente, ¿cómo crear una comunidad de aprendizaje en la que todos los estudiantes aporten sus habilidades y reciban apoyo para desarrollarse con autonomía y seguridad? Laura Thomas, en su artículo para Edutopia, nos habla de las Comunidades de Aprendizaje Colaborativo, un sistema saludable para nuestros estudiantes. Construirlo no es sencillo, es un trabajo continuo y complejo, que muchas veces se ve obstaculizado por factores externos, fuera del alcance del docente, pero desde el aula podemos establecer algunas pautas que guíen a los alumnos en la construcción de una comunidad escolar colaborativa.
Busca un equipo
Es importante destacar que la construcción de una comunidad no es un evento aislado, algo que ocurra tras una sola acción o idea, se trata de un proceso en el que idealmente participan padres de familia, otros docentes, autoridades educativas y personal administrativo, pues una verdadera comunidad trabaja en equipo. Esto no es posible siempre, pero podemos hacer un esfuerzo por crear en el salón de clases el ambiente necesario para sentar las bases y al mismo tiempo buscar la colaboración consciente de los otros miembros de ese equipo, quizá no todos los docentes, ni todos los padres de familia participarán en esa dinámica, pero podemos iniciar un proceso con el apoyo de quienes sí desean colaborar. -------------
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¿En qué consiste una comunidad?
Para distinguir a un grupo específico de personas como una comunidad buscamos características comunes entre ellos, pero no solamente de índole físico, sino de cómo se hacen las cosas al interior de su grupo, de la rutina, los rituales que siguen, las ideas que comparten, las conductas que aprueban socialmente y lo que esperan unos de otros, básicamente una cultura, una forma en la que ocurren las cosas.
Conocer a todos
Por todo esto, construir una verdadera comunidad requiere de cierto tiempo, de escuchar a los otros, de aprender cuándo y cómo se sienten más cómodos y de establecer formas de solucionar las cosas al interior del salón de clases. Claro que lo ideal es lograr estrategias que fomenten la participación y que hagan sentir seguros a todos los participantes, pues solo así se creará un ambiente propicio para el aprendizaje y lograr esto requiere de tomar en cuenta las opiniones y características particulares de todos los participantes. Si bien no es fácil hacer adaptaciones o tomar decisiones que cubran a al perfección los gustos e intereses de todos, si es importante crear estrategias inclusivas, empáticas y accesibles para cada uno de los involucrados. Además al conocer a todos la empatía será algo natural, pues lo normal será encontrar puntos en común entre todos, lo que nos ayuda a entender los sentimientos de los otros.
Ser tomados en cuenta
En muchas ocasiones, los estudiantes más rebeldes están en contra de un sistema que no comprenden del todo, las reglas de muchos centros educativos parecen arbitrarias a los ojos de un niño o de un adolescente y los sistemas de castigo no disminuyen las razones por las que ocurre una conducta específica, por lo que las causas reales de los comportamientos, el bajo aprovechamiento o ciertas actitudes no son atendidas, solo sancionadas.
Es muy importante que hagamos sentir a los alumnos tomados en cuenta, que sus opiniones sean escuchadas y que realmente tengan un efecto sobre las decisiones que se toman para el aula, además de dar respuestas satisfactorias a su preguntas, evita por completo dar respuestas como “así son las cosas” o “porque lo dicen así las reglas”, en general suele haber razones detrás de todo, solo explícalo claramente.
¿Qué estrategias has aplicado para crear una comunidad educativa? ¡Comparte tus tips con nosotros!