Cuando tenemos niños en casa es normal preocuparnos por su desarrollo, su bienestar y por brindarles todas las herramientas necesarias para garantizar su bienestar en el futuro, esto incluye el desarrollo de habilidades y la profundización de conocimientos. Como adultos tenemos la noción del rápido paso del tiempo y sabemos que cada día es importante cuando un niño está en crecimiento, quizá por eso nos preocupa que su tiempo se aproveche de la mejor manera. Además en las vacaciones, como padres, nos preocupa el tener niños desocupados en casa, lo que puede agregar mucho trabajo a nuestra rutina diaria y hacer difícil el darles esa estimulación que deseamos, por ello acudimos a cursos de verano, múltiples actividades extracurriculares, deberes y otras soluciones para mantenerlos ocupados.
Sin embargo el tiempo de ocio es tan importante como las actividades en las que practican habilidades o adquieren conocimientos, es en estos espacios en los que ellos descubren más de sí mismos. ¿Por qué dejar que los niños se aburran de vez en cuando puede ser tan necesario como inscribirlos a otras actividades?
Aprender de nosotros mismos
Si bien practicar deportes, aprender ciertas habilidades y estudiar para los exámenes nos enseñan mucho sobre la importancia de la disciplina, el esfuerzo y pueden ayudarnos a ver en qué áreas nos sentimos más cómodos o fortalecer aquellas en las que nos cuesta más trabajo lograr mejores resultados, los espacios de ocio sirven para conocernos mejor a nosotros mismos. Tener la posibilidad de de analizar nuestros pensamientos, nuestras emociones y tomar decisiones sobre el tiempo que habitamos implica tener momentos libres, espacios a solas, en un silencio que no es solamente libre de sonidos, sino libre de interacciones o de la sensación de cumplir una responsabilidad, se trata de un espacio sin expectativas, donde el ritmo que establecemos está en nosotros mismos.
Este tipo de espacios nos los ofrece el “no tener nada que hacer” que si bien pueden parecer aburridos, tediosos y poco productivos, normalmente nos orillan a estar con nosotros mismos, a escuchar nuestros pensamientos y también a descansar.
Autonomía y responsabilidad
Cuando somos pequeños todo nuestro tiempo está dirigido por otras personas, los horarios de la escuela, nuestra hora de dormir, las comidas que hacemos, las actividades a las que asistimos, todo está determinado por un sistema que no siempre alcanzamos a ver, pero que relacionamos directamente con nuestros padres y maestros. Esto tiene grandes ventajas, pues la rutina nos hace sentir seguros y la estructura nos ayuda a avanzar con tranquilidad a lo largo del día, además así logramos alcanzar nuestras metas poco a poco.
Sin embargo, la posibilidad de elegir en qué ocupar nuestro tiempo, qué actividades hacer, el uso de nuestra imaginación, son también una parte importante de nuestro desarrollo, simplemente porque nos ayuda a desarrollar una sensación de autonomía y a hacernos responsables de nuestro tiempo. Darle a los niños cierto tiempo a lo largo del día, especialmente en vacaciones, para que ellos sean los encargados de tomar decisiones sobre sus actividades, incuso si estas implican no hacer nada o resolver un rato de aburrimiento es esencial para fortalecerlos. Esto no significa que no existan opciones a su alrededor, como tener libros y juegos a la mano, pero también es importante orillarlos a llenar un espacio con su imaginación.
Solución de problemas
La imaginación es un recurso muy valioso para la vida cotidiana, tanto para los niños como para los adultos en que se convertirán, es a través de esta habilidad que las personas solucionamos problemas y proponemos ideas al afrontar los retos del día a día. Tener una rutina estructurada y saturada de actividades deja poco espacio para una imaginación libre, aunque practiquemos otras habilidades, el saber qué sigue, el seguir instrucciones o esperar que alguien más nos indique qué hacer limitan el rango de decisiones que podemos tomar, por ello un espacio de aburrimiento, donde no hay una expectativa clara ni un objetivo final nos ayuda a dejar volar la imaginación para solucionar precisamente esa sensación de estar aburridos, es en esos momentos en que una caja de cartón puede transformarse en una nave espacial o en el que unas cuantas crayolas pueden convertirse en una obra de arte.
Si bien en el momento puede ser molesto sentir aburrimiento, la solución suele ser muy placentera, porque viene de nosotros mismos.
Caos en casa
Es verdad que el tiempo en que un niño no está ocupado con algo en particular suele resultar en desorden en casa, pues muchas veces buscan entre todos sus juguetes o materiales antes de decidirse por una actividad que ellos mismos están creando, todo esto puede terminar en una situación de tensión entre padres e hijos, pues el desorden implica sensación de agobio para un padre que no tiene mucho tiempo para limpiar la casa o resolver el desorden que ha creado el juego de un niño- .
Es importante entender que esta parte es también esencial en el desarrollo de los niños, es su forma de explorar el mundo y de conocerse a sí mismos, de probar sus habilidades o de poner a prueba la naturaleza de los objetos, por ello es que el caos es parte del aprendizaje. Esto no significa que debamos dejarlos probar objetos peligrosos, mantener la casa como un espacio seguro es importante. Hacerlos parte del proceso de reacomodo ayudará a los niños a comprender que si bien al jugar podemos explorar, más tarde tendremos que poner orden.
¿Cómo enfrentan el ocio durante las vacaciones? ¿Qué tips le darías a una familia que tiene a sus pequeños en casa durante esta pausa? ¡Comparte tus opiniones con nosotros!