Sabemos que leer es una habilidad esencial para las actividades escolares, una de las primeras habilidades que aprendemos en el aula, así como un pasatiempo que puede llevarnos a muchas aventuras. Sin embargo también puede ser una de las áreas que más trabajo cuesta a los estudiantes desarrollar a lo largo de su trayecto académico, para muchos resulta aburrido o tedioso, lo cual probablemente tiene que ver con la relación que han construido con la idea de la lectura y de los libros. Cambiar esta perspectiva puede ayudar a los estudiantes a experimentar el aprendizaje de forma totalmente distinta.
¿Cómo ayudar a los estudiantes a leer más y mejor?
Foco de atención
Actualmente uno de los grandes retos que enfrentamos en las aulas es la velocidad a la que los estudiantes reciben contenido de redes sociales, que además es corto y muy llamativo, lo cual ha causado que muchos jóvenes e incluso adultos tengamos periodos de atención cada vez más reducidos, algo que representa un reto al momento de leer, actividad que de muchas maneras pide concentración continua y un foco de atención profundo. Esto puede hacer que para muchos niños y adolescentes leer parezca algo muy aburrido y cansado.
¿Qué podemos hacer para que ellos mismos descubran el interés por la lectura?
Leer a su ritmo
Un aspecto esencial al momento de desarrollar cualquier habilidad es superar la frustración inicial, ensayo y error. Leer también requiere práctica para dominarse. Si bien aprendemos a leer en los primeros años escolares, el desarrollo de habilidades como la comprensión lectora, la adquisición de vocabulario y la capacidad de enfrentar textos cada vez más complejos es algo que se da un poco por hecho en las escuelas una vez que hemos adquirido las habilidades básicas y que si bien se desarrolla poco a poco con los textos escolares, puede ser distinta para cada estudiante. Algunos la desarrollarán con mayor facilidad mientras que para otros puede requerir más práctica. Esto pone en desventaja a quienes necesitan un poco más de tiempo o apoyo, pues de pronto se les pide que lean con facilidad textos que les resultan difíciles, mientras que para los más adelantados las lecturas del salón llegan a ser tediosas.
Ayudar a los estudiantes a encontrar lecturas que se ajusten a su nivel de lectura puede ser fundamental para que lleguen a encontrar placer en este acto, por lo que es necesario invitarlos a leer por gusto mucho más que por obligación. Es importante escuchar a los alumnos para descubrir si algunos textos les parecen demasiado complejos, cómo se sienten al leer y cuáles son sus dificultades. También es necesario permitirles acercarse a textos que les interesen o que les gusten, si ellos aún no saben cuáles son sus preferencias darles opciones es la mejor estrategia.
Leer por gusto
Algo común entre padres y docentes que desean que los estudiantes se acerquen a la literatura es hacerles leer como parte de sus tareas. Si bien es normal que para resolver ciertas tareas deban leer, crear obligaciones extra para que lean, por ejemplo, 20 minutos al día, no hará que sientan deseo de hacerlo. Si es necesario practicar, pero hacer de este ejercicio una obligación posiblemente creará cierta aversión en lugar de ayudarles.
Debemos transmitir la idea de que leer es un placer, algo que hacemos tanto porque nos interesa aprender sobre algo como porque nos da curiosidad, alegría, nos causa asombro o nos lleva a lugares nuevos. Para esto es necesario crear espacios que propicien el ejercicio, en lugar de obligarlos a leer textos que no les interesan. Llevar a los niños a festivales y ferias de libros, actividades como cuentacuentos o clubes de lectura y espacios comunitarios de lectura pueden tener efectos más positivos para interesarlos por los libros, leer debe ser divertido e interesante. También podemos crear momentos en casa que propicien el acercamiento voluntario a los libros, la presencia de libros en su entorno es muy importante, así como momentos de ocio y aburrimiento.
El ejemplo del adulto
Cuando somos adultos perdemos oportunidades de lectura, pues constantemente estamos apurados con prisa y llenos de responsabilidades, por lo que tomar un libro y adentrarnos en su historia puede parecer casi imposible en un mundo que se mueve a gran velocidad. Aunado a esto, hemos encontrado en los dispositivos digitales una fuente constante de entretenimiento, así como la sensación de que podemos encontrar toda la información que necesitamos en unos cuantos segundos. En este escenario es probable que muchos niños o adolescentes perciban en casa que los adultos alrededor no leen como se les pide a ellos que lo hagan y esa falta de ejemplo puede causar una impresión importante en ellos.
Es importante que la lectura sea también una actividad comunitaria, algo que puedan compartir con los adultos con los que conviven, por ello un buen inicio para crear niños y jóvenes lectores es leer en presencia de ellos. Hacer espacio en los horarios familiares para disfrutar libros en compañía, así como discutir lo que estamos leyendo, compartir nuestros descubrimientos y la curiosidad que sentimos por las historias. Naturalmente los jóvenes sentirán que los libros tienen algo especial.
¿Cuáles crees que son las tácticas más importantes para desarrollar el gusto lector en los alumnos? ¡Comparte con nosotros tus ideas!