En los primeros años de educación, uno de los grandes focos para los estudiantes es aprender a leer. Lograr que los alumnos aprendan el abecedario, los sonidos asociados a esto y que poco a poco descifran palabras nuevas suele ser una meta importante para los primeros grados, desarrollar la habilidad lectora es una de las primeras metas en la escuela. Más adelante continúa evaluándose la habilidad lectora constantemente, aunque conforme avanzan en grados escolares deja de tener tanto foco, se da por hecho que los alumnos han aprendido a leer.
Sin embargo es probable que aún si nuestros estudiantes logran leer palabras a cierta velocidad no todos tengan el mismo desarrollo en sus habilidades de comprensión lectora, de hecho esto es algo en lo que pueden enfrentar ciertos retos aún si previamente parecían no tenerlos, sencillamente porque el tipo de texto al que se enfrentan cambia conforme avanzan en la escuela.
¿Cómo podemos ayudar a los alumnos en el desarrollo de la comprensión lectora?
Leer vs. comprender
Es importante distinguir que saber leer, es decir, descifrar el sonido de una palabra al juntarse ciertas letras, no garantiza la comprensión del texto. Desde el vocabulario hasta la complejidad del mensaje puede hacer difícil para lectores de cualquier edad el descifrar el mensaje detrás de una lectura específica. No porque no sean capaces, sencillamente porque esta habilidad es distinta a la que nos enseñan en principio para leer, y muchas veces los ejercicios con los que practicamos este aspecto no nos ayudan a desarrollar habilidades necesarias para lograrlo, adicionalmente cada lectura trae consigo significados nuevos.
Elimina el estigma
Leer es una habilidad que si bien resulta esencial para los estudiantes también está asociada a diferentes estereotipos y estigmas que en ocasiones alejan a los lectores de los textos que les ayudarán a descubrir su pasión por la lectura. Es común creer que los alumnos deben acercarse solamente a textos serios, libros clásicos, lecturas escogidas por diferentes instancias que no siempre son del interés natural de los niños o que están pensadas para un nivel en el que no se encuentran, si son muy sencillas o demasiado complejas para ellos rápidamente perderán el interés.
También es común que para algunas personas el gusto por la lectura sea señal de mucha inteligencia y por lo tanto la indiferencia o la dificultad para acercarse a esto se convierta en un signo de poco intelecto. Aunque sepamos que esto no es verdad, para muchas personas este tipo de estereotipos son aceptados sin ponerlos en duda y pueden representar un obstáculo. Es importante que para romper cualquier barrera, busquemos transmitir a los alumnos la noción de que leer no es una habilidad oscura o compleja, sino un ejercicio de práctica, más asociado al placer que al castigo o la obligación.
Permite a tus alumnos moverse entre niveles de lectura, aunque para su edad pensemos que es necesario que se acerquen a ciertos textos, ya sea más o menos avanzados, permitir que ellos escojan los textos que prefieren y experimenten con ellos puede ser de gran beneficio para la percepción que tienen de sus habilidades.
El texto no es lineal
Todos los textos forman parte de una gran cadena de referencias e ideas que suman conforme hacemos más lecturas y cada texto es también una ventana a muchas otras palabras. Crear estrategias en las que los alumnos puedan salirse e los márgenes de cada lectura para hacerse preguntas y buscar respuestas fuera de las palabras impresas en el texto puede ayudar a que cada uno descubra que el proceso de comprender un texto no está necesariamente atado al mismo texto.
Es posible buscar respuestas en otros sitios, desde la consulta en otros libros o a otras personas frente a vocabulario hasta la búsqueda de referencias e ideas que nos surgen a través del descubrimiento de un texto.
Ofrece estrategias
Es importante hacerle saber a los alumnos que leer no es un ejercicio tan abstracto como parece, es importante ofrecer estrategias con las que puedan construir sus propios textos para descifrar lo que están leyendo. Desde tomar notas sobre las ideas que les transmiten las palabras hasta el desarrollo de cuadros sinópticos, mapas mentales o cualquier otra estructura visual que les sirva de referencia para completar sus ideas, todo esto será de gran utilidad al tratar de comprender lo que están leyendo.
A veces leer es también escribir, dibujar, conversar, leer, investigar, experimentar. Ayuda a tus alumnos a descubrir qué se acomoda mejor para ellos y cómo llevar a cabo sus ideas para resolver incógnitas acerca del texto.
¿Cómo ayudas a tus estudiantes a enfrentarse a lecturas cada vez más complicadas? ¿Crees que practicar la comprensión lectora es importante?