La participación en el aula es un aspecto esencial para el desarrollo de nuestra clase, pues la escuela no se trata solamente de memorizar los datos de los libros o recibir conocimiento de parte del profesor. Hacer preguntas, resolver dudas, analizar la información que recibimos y poner en práctica los aspectos teóricos de la clase son aspectos esenciales de la escuela, esto sin importar el grado escolar, por ello es que para los docentes la participación activa de los estudiantes es un aspecto muy importante y quizá uno de los más complejos de poner en marcha.
Escuchar a los alumnos se vuelve una herramienta clave para el docente, que puede hacer los ajustes necesarios a su clase conforme percibe que los estudiantes se enfrentan a los temas de la clase, pero es común encontrarnos con aulas calladas, que participan poco y que nunca tienen dudas que resolver, por ello es que encontrar estrategias para motivar la participación, el hacer preguntas y expresar pensamientos en el salón de clases es tan importante.
Hacer preguntas está bien
Los niños aprenden rápidamente que hacer demasiadas preguntas y pedir apoyo ante ciertas tareas puede resultar en adultos frustrados, mientras que el ser capaces de resolver problemas por sí mismos suele ser una habilidad muy celebrada, por ello es que entrar a la escuela y verse envueltos en un ambiente formal de aprendizaje tienden a expresar poco sus dudas. Todo esto provoca que al momento de preguntarles nosotros a ellos si tienen alguna pregunta prefieren decir que no es así cuando quizá si existen preguntas.
Hacerles saber a los niños que hacer preguntas no solo está bien, sino que es una parte necesaria de su aprendizaje es muy importante, aunque puede ser difícil. Celebrar su participación y crear un ambiente en el que se sientan seguros se vuelve necesario. También puede ayudar el comenzar con preguntas al inicio de la clase, cuando los alumnos no saben nada aún y no se supone que lo sepan, esto disminuirá la presión de la expectativa y el exponerse a hacer una pregunta absurda, mientras que al mismo tiempo servirá de práctica para más adelante.
Nutre su curiosidad
Una parte importante de las preguntas que pueden surgir en los estudiantes está en la curiosidad, en el deseo de saber un poco más o de profundizar en torno al tema que están aprendiendo, y no solamente con saber lo necesario para pasar un examen. Procura aludir a su propia curiosidad con preguntas que quizá no puedan resolver con los elementos de la clase, permite que ellos lancen sus propias conclusiones sobre algunos temas, que se aventuren a imaginar cómo se dan los hechos históricos, los fenómenos naturales o los procesos científicos que estén estudiando.
Permite también que hablen de los temas que les apasionan y cómo estos se relacionan con lo visto en clase, no se trata solamente de aprender por aprender, sino de escuchar a los demás y que esto les lleve a nuevos conocimientos.
Flexibiliza el medio
Para algunos estudiantes el hacer preguntas en voz alta a mitad de la clase puede resultar abrumador y poco útil, en parte porque se encuentran todavía en el camino de procesar la información que están recibiendo y en parte porque se expresan mejor por otros medios. Haz un espacio al inicio de la clase para resolver preguntas de temas anteriores, aunque estas sean de varios días atrás y abre otros medios de comunicación además de la participación oral. Puedes recibir preguntas en un formato escrito por medio de fichas o tarjetas o incluso crear un tablero de preguntas públicas, un pizarrón donde todos puedan escribir las dudas que les van surgiendo a lo largo de una semana, por ejemplo.
La idea es que todos tengan la oportunidad de hacer sus preguntas sin la presión de hacerlo en unos cuantos minutos mientras todos los escuchan.
Sé el mejor modelo
Una de las mejores maneras de aprender a hacer algo es a través del ejemplo, para muchos alumnos puede ser difícil emitir pensamientos o formular preguntas si no tienen claro cuáles son las características de estas participaciones y por lo tanto se sienten inseguros. Puedes ayudarlos en este aspecto si dentro de tu exposición haces preguntas también, algunas que se resuelvan al momento y otras también que necesiten una investigación más amplia, puedes incluso hacer preguntas que no puedas resolver con la información de la clase para animar a tus alumnos a investigar por su cuenta.
¿Has tenido dificultades para que tus alumnos expresen sus dudas en clase? ¿Qué cambios son necesarios para lograr una clase activa y curiosa? ¡Comparte tus ideas con nosotros!