Las conductas disruptivas en clase son tan comunes y diversas como lo son las emociones de los alumnos, sin importar su edad, es probable que en nuestras aulas de vez en cuando tengamos algún conflicto por resolver, alumnos que al enojarse son impulsivos o incluso agresivos, otros que quizá no saben cómo regular su volumen de voz, por ejemplo. Gestionar estas dificultades en clase puede ser complicado, no es lo mismo preparar nuestras clases con todo tipo de contenido académico que enfrentarnos a estudiantes molestos, que gritan, que no siguen instrucciones o que se pelean con sus compañeros.
El conflicto que esto puede generar, así como la misma explosión de emociones que les llevó a ese punto van más allá de que existan consecuencias para los estudiantes o de levantarles la voz, acciones que muchas veces contribuyen a su falta de regulación emocional y sensorial. ¿Cómo actuar en estos momentos? ¿Qué podemos hacer para gestionar estas conductas? ¿Qué tipo de disciplina podemos utilizar?
La importancia de la regulación emocional
Es importante detectar que los alumnos que presentan conductas disruptivas también están enfrentando dificultades para regular y expresar sus emociones, que no saben manejar el conflicto y que posiblemente se sientan tan frustrados y enojados como nosotros nos sentimos al experimentar su comportamiento. Esto le puede ocurrir a cualquier alumno, pero es quizá más frecuente en aquellos que viven situaciones difíciles, lo que suma a sus dificultades el tener problemas en la escuela, enfrentar castigos o regaños constantes.
Guiar a los alumnos a recobrar la calma antes de confrontarlos puede ser la mejor ruta de acción. Esto a veces nos puede hacer sentir que en lugar de hacerles ver las consecuencias de su conducta, les hacemos ver que es aceptable o que está bien, sin embargo es importante considerar que un alumno en situación de estrés, que de por sí se encuentra en un estado vulnerable, se sentirá amenazado o aumentaremos sus emociones si la respuesta que obtienen es tan elevada como la suya.
Llegar a una conducta disruptiva suele ser el momento más álgido de estrés emocional que les ha llevado a reaccionar de cierta manera a ciertas situaciones, tratar estas conductas con estrategias para lograr que se regulen antes de confrontarlos puede ayudar a mejorar la comunicación con ellos, pues les mostrará que nos preocupamos por su bienestar, además de que lograremos entablar diálogo con ellos una vez que estén más tranquilos y puedan entender las razones por las que las consecuencias son necesarias.
Explora con ellos sus emociones
Antes de llegar a la confrontación, hacer de la exploración emocional una herramienta común en la clase nos puede ayudar a darles herramientas que prevengan situaciones disruptivas, permitir a los alumnos que nos comuniquen cuando están frustrados o enojados y ayudarles a encontrar estrategias para trabajar esto antes de llegar al conflicto puede ser una gran manera de evitar el desastre.
Salir a caminar unos minutos, hacer algún movimiento para liberar su frustración o encontrar medios de comunciacion alternativos a la charla en un momento de mucho estrés puede ayudar a que los alumnos se comuniquen antes de llegar a los gritos o a cualquier actitud fuera de lugar.
Ayudarlos también a reconocer qué es el enojo, de dónde viene, cómo les hace sentir, validar esta emoción en ellos y mostrarles que, aunque es totalmente válido expresar sus sentimientos, también es importante evitar lastimar a otros, no solo nos ayudará en momentos de conflicto, sino que evitará que lleguemos a ellos.
Mostrar empatía
En el momento de crisis es posible que los alumnos se sientan solos, aislados de los otros con sus propias emociones, como si nadie pudiera entender lo que les ocurre. Mostrarles empatía, hacerles saber que no están solos en ese momento de estrés y que de hecho les comprendemos también puede ayudarnos a desescalar una situación conflictiva, a través de frases como “imagino que te sientes mal”, “entiendo que sientes enojo”, y añadir además apoyo como “juntos podemos resolverlo” o “te puedo escuchar para saber qué pasa” podemos hacerles saber que sus emociones son válidas y que no están solos.
¿Cómo manejas las situaciones conflictivas en tu aula? ¿Qué recomendaciones le darías a otros docentes para esos momentos? ¡Comaprte con nosotros!