Después de dos años de pandemia y de un sistema educativo irregular, prácticamente hemos vuelto a lo que llamábamos normalidad a inicios del 2020, con aulas más llenas y horarios completos. Aunque la realidad es que nada es igual a lo que era antes.
A la distancia, muchos estudiantes sufrieron dificultades para seguir con sus estudios con regularidad, por lo que durante los dos últimos años tuvieron que buscar adecuaciones o apoyo para lograr sus estudios mientras que otros simplemente abandonaron las actividades, ya que sus recursos eran limitados. A pesar de todas las dificultades, ya estamos de regreso en las aulas y ahora el reto es otro, esos estudiantes que perdieron contenidos e incluso interés por la educación vuelven a un horario completo, ya no más en casa y en ocasiones sin mucho ánimo de retomar la clase.
¿Qué podemos hacer para revivir la motivación de los alumnos?
Unamos a la comunidad
Una de las pérdidas más importantes durante la pandemia fue la de la convivencia social, todos los estudiantes dejaron de ver por completo a sus compañeros y docentes, para aislarse con sus familias, durante casi dos años la mayoría de nosotros estuvimos bajo fuertes restricciones sociales, lo que nos afectó de distintas maneras. En los más jóvenes el efecto fue mayor, pues no tuvieron tiempo de forjar sus propias relaciones y perdieron el sentido de comunidad escolar.
Aunque sabemos que el aprendizaje es el foco de nuestro trabajo, gran parte de los beneficios de la escuela están en la convivencia, en el vínculo con sus compañeros y docentes. Trabajar activamente para reconstruir las relaciones perdidas, lejos de pantallas o medios virtuales y con el foco en la empatía, la inclusión y la educación socio emocional puede ayudar a reconstruir las emociones positivas hacia la escuela.
Resolvamos las dificultades
En este periodo, debido a las carencias y los obstáculos de la pandemia, muchos alumnos tuvieron problemas para lograr su aprendizaje, por lo que es posible que regresen al aula con muchas dudas y preguntas, es necesario que tengamos en cuenta esta dificultad y ayudemos desde el aula y en comunidad a resolver las dudas, ya sea a través de materiales que les proporcionemos a los estudiantes o clases presenciales que les ayuden a resolver las diferentes preguntas que hayan surgido durante la educación a distancia.
Salud mental
Recordemos que todos durante la pandemia estuvimos expuestos a mucho estrés, muchas personas han sufrido ansiedad y depresión después del aislamiento, por lo que es necesario considerar que quizá nuestros estudiantes estén en procesos similares. No podemos cambiar las circunstancias, quizá tampoco llegar a incidir en problemas como los de salud mental, pero sí podemos adecuar algunas cosas al interior del salón de clases para que todos se sientan cómodos y seguros.
Lo primero es incentivar la empatía entre compañeros, llegar a conocerse y encontrar los puntos en común con sus compañeros puede crear seguridad y confianza. Estructurar una rutina predecible y transmitir a los alumnos las expectativas de la clase también puede ser útil para quienes presentan cuadros de ansiedad, mientras que ser flexibles, pacientes y escuchar activamente a los alumnos puede beneficiar a quienes viven con depresión.
Enseñar con optimismo
Si bien las circunstancias actuales son difíciles para todos, es necesario inspirar cierto optimismo a los estudiantes, al final del día ellos son los agentes de cambio en el mundo actual y hacerles saber que sus acciones pueden tener un efecto positivo en su comunidad puede hacer la diferencia en la motivación hacia la escuela.
No es necesario un falso pensamiento positivo, ni engañar a los estudiantes ante circunstancias tan difíciles, sino dotarlos de seguridad, entusiasmo y herramientas para lograr un cambio real, para sí mismos y para el mundo en el que viven.
¿Tus estudiantes volvieron a la escuela con poco entusiasmo? ¿Qué estrategias has puesto en marcha para ayudarlos a recobrar el entusiasmo?