Buscar nuevas aventuras, vivir nuevas experiencias, llegar a nuevos lugares o simplemente sentirnos mejor con nosotros mismos en el sitio en el que nos encontramos, cómodos con nuestras actividades, no es tan fácil como parece, muchas veces salir de una situación en la que no nos sentimos satisfechos es muy difícil, aunque alguien nos señale la salida no podemos verlo con claridad o no sabemos cómo movernos hacia ese punto. A ese espacio en el que nos sentimos atascados, pero que es el lugar que conocemos, que nos cuesta abandonar porque el cambio resulta estresante se le suele llamar zona de confort, un espacio en el que nos sentimos seguros.
A pesar de ello, esta zona no siempre es tan cómoda como suena en principio, a veces es restrictiva, estresante y abrumadora, pero sigue siendo el espacio que mejor conocemos, por lo que un cambio, aunque parezca positivo, resulta mucho más estresante y difícil de alcanzar. Romper la continuidad de nuestra rutina, intentar cosas nuevas, probar nuevas experiencias, todo esto es complicado, pues nuestro cerebro naturalmente prefiere los patrones que ya conoce.
¿Cómo abandonar la zona de confort entonces? ¿Es preciso dejarla? ¿Qué podemos hacer para lograr los cambios?
¿Por qué dejar la zona más cómoda
La realidad es que la zona de confort no siempre es tan cómoda como debería, pero la reconocemos como el espacio que conocemos y aunque no nos sintamos seguros, conocemos los patrones, las rutinas, los resultados que obtendremos de nuestras acciones, por ello abandonarla es muy complicado. Sin embargo, el cambio es la única constante en nuestra vida y en ocasiones lo mejor que podemos hacer para nosotros mismos es movernos, dejar ese espacio que conocemos para alcanzar nuestras metas, para conocernos mejor y vivir una vida más plena.
¿Cómo hacerlo?
Despacio
A veces creemos que el cambio debe ser algo instantáneo y un salto grande entre una situación y otra, esperamos que las cosas cambien de un momento a otro y por lo tanto tendemos a esperar que las condiciones sean las ideales para reunir el valor y hacer un cambio radical o nos decepcionamos rápidamente cuando ese cambio que deseamos hacer requiere demasiado esfuerzo de nuestra parte.
En ocasiones es necesario dar ese salto, es verdad, pero en realidad gran parte de los cambios ocurren poco a poco, y más que condiciones ideales o grandes saltos, lo que requieren son pequeñas decisiones cotidianas, cambios pequeños pero constantes, paso a paso podemos llegar más lejos y es más probable que tengamos éxito a largo plazo que al tomar decisiones radicales. Así que el primer paso para salir de la zona de confort no necesita ser muy grande, solamente tiene que ser el primer paso.
Agrega cosas nuevas
Al no necesitar cambios extremos, el primer paso para salir de nuestra zona de comodidad puede ser simplemente experimentar cosas nuevas, aunque estas sean pequeñas, se trata de salir de nuestro día ordinario y enfrentar situaciones que nos son extrañas. Prueba una clase nueva o visita sitios nuevos con mayor frecuencia, trata de conocer personas distintas o de intentar otras actividades. Esto te motivará a intentar cosas diferentes un poco más cada día, sin exponerte a cambios radicales podrás sentirte con más seguridad en ambientes nuevos.
Replantea tus metas
Muchas veces, aunque tenemos un sueño o algo que nos gustaría lograr cuanto antes, la rutina tiende a hacernos perderlo de vista, pues estas se vuelven poco a poco difíciles de alcanzar, abstractas o inconexas con lo que hacemos día a día.
Tener claros nuestros objetivos nos puede ayudar a diseñar nuevas rutas para llegar a ellos, no dejes que se desdibujen y dales nueva vida. Tal vez notes que tus objetivos ahora son distintos, lo cual te motivará de nuevo a buscar esos aprendizajes que te llevarán más lejos.
Busca una red de apoyo
Tomar nuevas decisiones no es nada sencillo, es probable que nos sintamos vulnerables constantemente cuando intentamos hacer cambios que nos sacan de nuestra rutina cotidiana, quizá incluso nos encontremos con detractores que nos dicen que eso no es correcto, que debemos apegarnos a ciertos patrones, por ello es que buscar una red que nos apoye y nos haga sentir que podemos lograr todo lo que nos propongamos es tan importante.
¿Cómo vives tu zona de confort? ¿Qué tips le darías a alguien que quiere salir de ese espacio