El éxito del proceso educativo no se trata solamente de tener una boleta de calificaciones llena de notas altas, el aspecto social, emocional y las habilidades blandas que se desarrollan en el entorno escolar son tan importantes como la memorización de datos importantes y la capacidad de resolver operaciones matemáticas, como docentes tenemos la tarea de impartir conocimientos, así como de lograr un ambiente en el que los niños puedan desarrollar plenamente todas sus habilidades.
Hacer de la escuela una comunidad educativa es un aspecto importante de esta tarea, pues esto ayudará a que los niños y adolescentes tengan un espacio seguro para practicar sus habilidades sociales, sentir el respaldo de su comunidad, aprender la importancia de sus acciones, la empatía y la responsabilidad social. ¿Cómo lograr que nuestra escuela sea más que un edificio o un aula?
Espacio plural
Trabajar por una escuela inclusiva, abierta a la diversidad y segura para todos es la base de una comunidad fuerte. Impulsar un ambiente en donde todas las personas, incluidos maestros y personal administrativo, sepan que pueden expresarse libremente, ser quienes son sin temor a ser discriminados y encontrar sus necesidades cubiertas puede ayudar mucho a que los alumnos identifiquen en su escuela un ambiente plural. Procura crear un espacio donde todos sean escuchados y tomados en cuenta, donde sea posible convivir a pesar de las diferencias e incluso transformar en fortalezas lo que nos distingue entre nosotros, abre la conversación en temas de inclusión, diversidad, equidad de género, discapacidad y otros aspectos importantes, busca celebrar las diferencias culturales, que los alumnos aprendan unos de otros y que todo se desarrolle en un ambiente de respeto y de validación.
Alzar la voz
Una comunidad requiere la participación de todos sus miembros en la toma de decisiones y en el fortalecimiento de los procesos que estas implican. Tener sistemas de participación donde todos puedan expresar sus necesidades, sus opiniones o pensamientos y que estos sean tomados en cuenta al momento de hacer cambios o construir las directrices de los espacios es muy útil e importante.
Buscar que los alumnos formen parte en la construcción de reglamentos en las aulas, que existan espacios donde ellos puedan expresar sus opiniones y que sepan cómo y cuándo sus voces se tomaron en cuenta ayudará a crear en ellos la noción de que son miembros importantes de su comunidad, aumentará su participación en clase y en general les enseñará la importancia de su actividad social.
Redes de apoyo
Buscar que los alumnos colaboren en el bienestar de la comunidad es también un aspecto importante al momento de establecer una comunidad fuerte. Un sistema de tutorías donde los alumnos apoyen a sus compañeros al momento de adquirir habilidades o practicar conocimientos necesarios en la escuela puede ser de utilidad en este aspecto, así como el trabajo en equipo para diferentes aspectos de la vida en comunidad.
La idea es que ellos sepan que pueden contar con sus pares para resolver problemas y que ellos también pueden ayudar a otros con sus habilidades y conocimientos propios. Aunque un alumno tenga dificultades en una asignatura, seguramente tendrá habilidades con las que apoyar a otros, así como participar activamente en la mejora de nuestra comunidad, por lo que involucrarlos en labores cotidianas como el recoger tareas, ordenar las aulas, organizar los materiales o el cuidado de áreas comunes, como los jardines, puede ser clave para el fortalecimiento de la comunidad.
Involucra a las familias
La escuela no es un ecosistema separado de otras partes de la vida de los alumnos, es una parte importante de su día a día, donde su vida familiar y su participación en la comunidad del hogar se refleja también en la escuela y viceversa. Los padres y familias de los alumnos son tan importantes como los alumnos y los profesores para el aprendizaje, por ello es necesario que formen parte del proceso no solo en temas de estudio o tareas, sino en la comunidad como un miembro más de nuestra escuela es necesario.
Crear actividades donde los padres, los abuelos, los hermanos, los tíos participen puede ser una buena estrategia para fortalecer los lazos entre todos. Es importante ser flexibles y escuchar a estos miembros tanto como a los estudiantes y docentes, sabemos que el tiempo con el que cuentan las familias es limitado y puede llegar a ser un obstáculo para lo que nosotros propongamos, pero ayudar a resolver estas dificultades también es necesario.