Los nuevos comienzos siempre son una gran oportunidad para establecer nuevos objetivos y diseñar rutas que nos ayuden a acercarnos cada vez más al sitio al que deseamos llegar, algo que también podemos aplicar en nuestras aulas, lo cual, además es útil para potenciar el aprendizaje de los alumnos y ayudarlos en su desarrollo personal. Contar con metas concretas, alcanzables y en las que sea posible medir nuestro avance es muy importante para la motivación y el compromiso, algo en lo que podemos ayudar a los alumnos para que ellos mismos puedan visualizar sus éxitos y ajustar sus planes para lograr cada vez mejores resultados.
¿Cómo crear metas efectivas en el aula?
Define metas claras y específicas
Es muy importante evitar generalidades como "mejorar en matemáticas", aunque esto puede ser un objetivo bastante común, es necesario tener en mente objetivos más claros. Plantea puntos precisos que además nos ayuden a dividir las grandes metas en tareas y éxitos claros, por ejemplo: "Resolver problemas de suma con números de tres cifras correctamente". Esto facilitará a los estudiantes saber exactamente cuáles son las expectativas y hará más fácil el crear un plan para alcanzar esos éxitos.
Asegúrate de que las metas sean alcanzables
Es importante que las metas estén en consonancia con la edad, habilidades y contexto de cada estudiante. Un desafío realista mantiene a los alumnos motivados, mientras que metas demasiado difíciles pueden generar frustración.
Esto puede ser diferente para cada estudiante, por lo que evitar la comparación es muy importante.
Todo debe ser medible
Para evaluar el progreso, las metas deben ser cuantificables, es importante ser capaces de monitorear los resultados de forma clara y darnos éxitos tangibles. Puedes crear incluso pequeños hitos en el camino al objetivo final con la idea de medir los avances a lo largo del camino.
Alumnos activos
Cuando los estudiantes participan en la definición de sus propias metas, se sienten más comprometidos con lograrlas, por ello es fundamental que en el diseño de estos planes y objetivos los alumnos sean agentes activos. Pregúntales qué les gustaría cambiar o qué aspectos de su aprendizaje les gustaría transformar, esto además les ayudará a aumentar su autonomía y responsabilidad.
Divide las metas en pasos pequeños
Las metas demasiado amplias o abstractas pueden parecer abrumadoras. Fragmentarlas en pasos más cortos ayuda a los alumnos a enfocarse y celebrar avances progresivos y pequeños logros con los que aumenten sus habilidades y se acerquen a sus objetivos principales, por ejemplo, fortalecer habilidades previas o profundizar conocimientos necesarios para avanzar a nuevos temas pueden ser buenos pasos iniciales.
Crea un cronograma
Una meta sin tiempo definido puede perderse de vista. Diseña con los alumnos un cronograma que incluya plazos intermedios y un objetivo final, adaptado al ritmo de aprendizaje de cada uno.
Monitoreo
El proceso de aprendizaje no siempre sigue un camino lineal. Revisa periódicamente las metas con tus estudiantes para identificar avances, obstáculos y, si es necesario, realizar ajustes, así como para revisar si han llegado a sus objetivos parciales o qué pueden hacer para acercarse más a ellos.
Ayudar a los alumnos a establecer metas puede ser una gran estrategia para mejorar el desempeño académico, así como para desarrollar habilidades como la organización, la disciplina, el autoconocimiento y la resiliencia. ¿Cómo ayudas a tus estudiantes a diseñar sus objetivos?