La comunicación con los más pequeños es muy importante para la educación y para la convivencia general con ellos, aunque puede ser un poco complejo, ya que ellos no se comunican como lo haría un adulto y se encuentran en la etapa de desarrollo de esas herramientas. Sin la guía de padres y maestros puede hacerse muy complejo el desarrollar un diálogo realmente comunicativo con niños y jóvenes, pues rápidamente se dan cuenta si no son escuchados o tomados en cuenta.
Aquí hay algunos tips para que comunicarte con ellos
Escúchalos activamente
Escuchar no es tan simple como parece, en ocasiones escuchamos a las personas solamente mientras esperamos nuestro turno para decir lo que queremos decir, sin detenernos a considerar sus palabras, sus emociones, la visión de las cosas que imprimen a lo que nos cuentan y cómo eso les afecta.
Evita interrumpir a los niños cuando los escuches, en ocasiones incluso buscamos corregir la forma en la que hablan mientras nos transmiten algo de importancia para ellos, lo cual acaba por desanimarlos al conversar con los adultos y optan por cerrar sus conversaciones a lo que saben que el adulto no censurará.
Valida lo que están diciendo
Es común, especialmente al hablar con niños o adolescentes, que sintamos que los adultos tenemos la razón y el conocimiento para decirles cómo deben actuar, cómo deben sentirse y cómo deben pensar, así como para que modifiquen sus conductas o sus opiniones con base en lo que nosotros sabemos como adultos.
Sin embargo para comunicarnos con ellos, y en realidad con cualquier persona, no solo necesitamos establecer nuestro punto de vista, sino escuchar el de la otra persona y validarlo, especialmente en el ámbito emocional. Lo que sienten es muy importante y a pesar de que como adultos podamos guiarlos para que analicen sus experiencias o pensamientos, las emociones no las podemos controlar, por lo que una parte importante de sentirnos seguros durante la comunicación con otras personas es saber que nuestras emociones serán respetadas.
Haz preguntas concretas
Quizá una de las partes más complejas de comunicarnos con los más pequeños es el lograr que ellos se expresen más, especialmente cuando buscamos conocer algo en específico. Es común, más con los adolescentes, que al preguntarles sobre su día o su estado de ánimo la respuesta sea un cortante “bien”, por ello aprender a hacer preguntas más concretas que no resulten inquietantes, pero den pie a una conversación más larga es la mejor estrategia.
Evita hacer preguntas generales, mejor opta por preguntar sobre lo que aprendieron en el día, sobre cuáles fueron sus momentos favoritos o cuáles los que les causaron alguna incomodidad. Procura animarlos al seguir su historia con más preguntas que profundicen en las experiencias, presentes y futuras.
Comunícales también lo que quieres escuchar
A veces esperamos que nuestros pequeños o alumnos se abran con nosotros sobre lo que están sintiendo, experimentando y pensando sin que nosotros lleguemos a compartir con ellos esa misma información. Claro, es posible que nuestra vida de adultos sea aburrida o incomprensible para ellos, pero podemos hablar sobre nuestras emociones o narrar nuestras propias anécdotas, de esa forma ellos sentirán que pueden sincerarse con nosotros y que recibirán empatía, mientras les transmitimos que nosotros también podemos ser más empáticos con ellos.
Comunicarse con los niños y adolescentes puede no ser tan simple como parece, pero con algunos ajustes en nuestra forma de abordar las conversaciones podemos cambiarlo todo. ¿A ti qué te ha funcionado con ellos? ¡Comparte con nosotros!