Las vacaciones son una temporada que chicos y grandes esperan con gran ilusión, especialmente las vacaciones de diciembre suelen representar el momento más esperado de todos los estudiantes, pues normalmente se reúnen con su familia o reciben regalos especiales, además de toda la ilusión que se esparce en esta temporada. Pero como docentes sabemos que las vacaciones suelen representar también un reto para nosotros, pues los últimos días previos a las pausas vacacionales, así como los primeros días de vuelta al salón implican dificultades para recuperar la atención de los alumnos, evitar ausencias e incluso lidiar con la pérdida de conocimientos.
A cualquier docente le ha pasado que al regresar de vacaciones y hacer una pregunta básica sobre algo que parecía haber quedado muy claro antes de irnos a casa se obtiene una respuesta vacía por parte de los alumnos. Esto en vacaciones de verano puede parecer película de terror, pero incluso en pausas cortas resulta problemático al volver, y quizá las vacaciones de diciembre sean las más obvias, pues en esas semanas los alumnos definitivamente dejan atrás los libros, las tareas y las preocupaciones escolares.
¿Podemos hacer algo para prevenir esta pérdida de ritmo? Aunque es probable que tengamos que trabajar algunos dias para que los alumnos vuelvan a estar al día con el temario de la clase, si podemos tomar en cuenta algunas sugerencias.
Evita la tarea de vacaciones
Quizá por este reto que enfretamos los docentes es que es tan común el dejar tarea para vacaciones, que normalmente consiste en lecturas o ejercicios que los alumnos tendrán que resolver en sus días libres y que muchas veces acaban olvidados durante semanas en un rincón para ser recordados una noche antes de entrar a al escuela o que estresan a los alumnos durante las semanas, pero que contribuyen a la sensación de procastinación en los más jóvenes.
Aunque la tarea suena a una buena forma de mantenerlos con la mente en los conocimientos adquiridos, resulta una estrategia un poco cansada y poco fiable, que además interrumpe los días de descanso a los que tienen derecho los alumnos.
Haz equipo con los padres
Una buena estrategia es involucrar a los padres para que sean ellos quienes apliquen ideas para mantener vivo el aprendizaje de sus hijos y hacerlos parte del proceso educativo. Esto no siempre es fácil porque no siempre tenemos familias cooperativas e involucradas en nuestro trabajo, pero si sientes colaboración de su parte, puedes dejarle tarea a ellos, con el objetivo de aumentar el aprendizaje o practicarlo.
En realidad se requieren estrategias muy sencillas para esto, basta con pedirle a los niños, niñas o adolescentes que formen parte de las decisiones y tareas del hogar, cocinar juntos es una excelente manera de reforzar conocimientos sobre aritmética, pesos, cantidades, comprensión de lectura, además de fortalecer funciones ejecutivas, al poner a prueba los procesos para realizar una tarea paso a paso, recordar los tiempos de cocción de cada ingrediente, etc. Pedirles a los niños que lean en voz alta algunas recetas o las tarjetas navideñas puede ser una sencilla manera de tener presentes estas habilidades y si la familia sale de vacaciones, visitar un día museos para la agenda de la semana es perfecto. Lo importante es que se hagan de forma consciente algunas actividades de aprendizaje y repaso.
Evita ver temas nuevos
Las últimas semanas antes de irnos de vacaciones podría ser tentador llamar la atención de los alumnos, de por sí distraídos, ver temas nuevos y decirles que vendrán en la siguiente evaluación, pero seamos honestos, estos conocimientos no quedarán muy grabados en la mente de los alumnos y podrían convertirse en una laguna problemática en el futuro. En realidad lo ideal sería dedicar los últimos días a resolver dudas, hacer repasos y afianzar perfectamente los conocimientos básicos del año que termina, así como reflexionar sobre los retos que tendremos en los meses siguientes, pensar en nuestro desempeño en días pasados y crear el plan de acción para el siguiente año.
Plantea un proyecto creativo
Dejar tarea es poco efectivo, pero crear proyectos creativos para las semanas de vacaciones puede ser una buena manera de motivar a los alumnos a mantenerse atentos durante las vacaciones y practicar algunas habilidades. Por ejemplo, pedirles que escriban una historia o diseñen un comic basado en una experiencia de vacaciones podría ser un buen proyecto, el cual los pondrá a practicar sus habilidades verbales. Si lo tuyo es la ciencia podrías pedirles que averigüen el funcionamiento de las series de luces navideñas, todo sobre su figura favorita de la temporada o el origen de las tradiciones festivas, como el regalar tarjetas, el significado de los colores, etc. Busca motivarlos más que obligarlos a involucrarse en este tipo de tareas.
Como docente, ¿has tenido experiencias difíciles al regresar de vacaciones? ¿Cuáles han sido tus estrategias para recuperar la atención de los alumnos? ¡Comparte con nosotros!