El Trastorno de Espectro Autista es un trastorno de desarrollo relativamente común en el aula, por lo que es importante conocerlo y buscar estrategias que nos ayuden a acomodar mejor a los alumnos que pudieran vivir con esta condición. Lograr aulas inclusivas puede beneficiar tanto a los alumnos dentro del espectro como a los demás estudiantes, pues nos ayuda a identificar el mundo diverso en el que vivimos.
¿Cómo crear un aula más inclusiva donde todos los alumnos se sientan bienvenidos y logren desarrollar sus habilidades?
Considera los estímulos sensoriales
El salón de clases puede ser un sitio lleno de estímulos de todo tipo, reunir en un aula a niños o adolescentes es garantía de ruido, risas, de calor, movimiento, las luces de los salones de clase suelen ser brillantes y hasta ruidosas. El autismo se caracteriza por personas hipersensibles a diferentes tipos de estímulos, ruidos que para nosotros no son notorios o son prácticamente imperceptibles, para una persona con autismo pueden resultar cansados, molestos hasta el punto de causar una crisis.
Es importante observar esto y escuchar a nuestros estudiantes, validar su percepción y creerles. Si un estudiante nos indica que algo le resulta incómodo es importante tomar acciones para ayudarlo a estar más tranquilo, utilizar audífonos de bloqueo de sonido, si es posible para ellos, permitirles estar alejados de las ventanas, sentarse en un espacio más silencioso, evitar tocarlos y orientar a sus compañeros para respetar los límites de cada quién es importante.
Movimiento y estimulación
Curiosamente, así como muchas personas con autismo son sensibles a ciertos estímulos, muchas también son hiposensibles a otros estímulos, por lo que podrían buscar cierta clase de información sensorial mientras evitan otra. Esto y otros factores los llevan a realizar acciones que podrían parecer innecesarias, como balancearse, repetir ciertos sonidos, girar, mover un objeto repetitivamente, morder algo, escuchar algún tipo de sonido, este tipo de conducta sirve para regular la información que se recibe del exterior.
En el pasado era común tratar que las personas con autismo disminuyeran estas conductas, pero hoy sabemos que son importantes y necesarias para su bienestar, es posible que algunas resulten disruptivas, particularmente si implican sonido o movimiento, pero podemos buscar, junto con ellos, que se acomoden a la dinámica de nuestra aula. Dejarlos moverse puede ser de gran ayuda para su concentración y mejorar su aprendizaje.
Lo desconocido
La rutina es muy importante para las personas con autismo, cualquier cambio en su rutina cotidiana puede resultar estresante, básicamente porque prefieren saber lo que ocurre a su alrededor, así como saber lo que ocurrirá a continuación.
Aunque los días escolares son mayormente similares, rutinarios y estructurados, a veces hay pequeños cambios que pueden resultar muy alarmantes para un estudiante con autismo, por lo que tratar de anticipar cualquier tipo de situación novedosa, explicar al inicio del día cuáles son las actividades planeadas, el tiempo que necesitamos para cada una de ellas y la expectativa de lo que ocurrirá puede ser muy útil para mejorar la experiencia y hacer del aula un lugar seguro.
Instrucciones claras
En relación con esto también puede ser necesario detallar nuestras instrucciones lo más posible, así como explicar claramente los procesos que deben seguir nuestros alumnos para entregar tareas, realizar ejercicios o resolver exámenes. A veces encontrar el primer paso para realizar una tarea puede ser difícil para alguien con autismo, así como seguir instrucciones que dan por hecho cierta información (que a nosotros puede parecernos obvia) y que resulta en dificultades para entender el objetivo de la tarea.
Procura dar ejemplos de los ejercicios que realices, mostrando visualmente lo que implica el proceso y siendo muy claro con las instrucciones que compartes.
¿Has tenido alumnos con autismo en tu aula? ¿Qué tips le darías a un docente con este reto? Comparte con nosotros tus tips e ideas.