El tema de la salud mental ha ganado cierta prominencia en los últimos años, debido al alza de problemas de salud en esta área y el hecho de que muchos jóvenes han demostrado ser personas vulnerables a este tipo de afecciones es que este aspecto se convierte en algo tan importante para las escuelas y los docentes. No es fácil atender estas afecciones cuando se trata de algo multifactorial y complejo, la convivencia en casa, el contexto comunitario de los alumnos, así como la historia personal son circunstancias que escapan de las manos del docente, quien necesita además prestar atención a temas educativos y resolver problemas administrativos. Sin embargo, desde su aula, el docente es un factor muy importante en el desarrollo de los alumnos.
Aunque no podamos atender todas las variables que dejan una huella importante en los estudiantes, si podemos aportar desde estrategias hasta información que podrían convertirse en elementos fundamentales para los alumnos.
¿Qué factores están en juego?
El estrés, la depresión, la ansiedad o los momentos de crisis en cuanto a salud mental no están relacionados con un único factor, es importante entender que en la salud mental participan todos los factores de nuestra vida cotidiana y aunque hay momentos o situaciones que pueden llegar a ser desencadenantes, atender este aspecto requiere también poner atención a diferentes facetas de la vida de los alumnos, cosa que no siempre está en manos de un docente. A pesar de ello, estar conscientes de ello puede ayudarnos comprender mejor por lo que está pasando un estudiante que manifiesta signos de ansiedad o depresión, por ejemplo.
Validar sus emociones es esencial para prevenir consecuencias graves en momentos clave, aunque en apariencia un joven pueda estar presentando una reacción desproporcionada a temas que llegan a parecernos triviales, como una ruptura amorosa, un fracaso escolar, una pelea con sus compañeros o dificultades para llevar a cabo sus tareas, es posible que estas situaciones sean más un desencadenante que una razón en sí misma para una oleada de emociones negativas o sensaciones muy desagradables. Presar atención a lo que los alumnos nos dicen, hacerles saber que lo que sienten es real, importante y ayudarlos a transitar los malos momentos es importante.
La importancia de expresarnos
Existe un fuerte estigma social en torno a la expresión de emociones, desde que somos pequeños las muestras públicas de emociones intensas se convierten en algo que debemos reprimir u ocultar, es común que crezcamos con la idea de que lidiar con nuestras emociones es un asunto totalmente privado, cuando no inexistente, nos dedicamos a ocultarlas o guardarlas de forma que incluso llegamos a un punto en el que ni nosotros mismos sabemos qué sentimos, cómo se llama eso que nos afecta, a qué factores corresponden nuestras sensaciones, cómo podemos resolverlas o qué hacer ante una abrumadora experiencia que se supone debemos ocultar.
Es necesario hacer saber a los alumnos que expresar nuestras emociones es fundamental, tanto para construir relaciones sanas como para estar saludables nosotros mismos. Ofrecer herramientas o estrategias que les ayuden a expresarse es un paso fundamental en el cuidado de este aspecto, desde el vocabulario para expresar lo que sentimos hasta la certeza de que es correcto hablar de ello, compartirlo con otros y permitirnos ser vistos en momentos vulnerables. Todo esto requiere análisis y atención por parte de los alumnos (y de nosotros mismos), por ello construir espacios seguros es tan importante.
Conoce las señales
Estar atentos a cambios que podrían indicar un problema de salud mental es una parte importante de la prevención, así podremos actuar cuando notemos que algún alumno no la está pasando bien. ¿Qué tipo de cambios podrían ser los que indiquen este tipo de problemas?
El cambio de conducta en un niño o adolescente es siempre indicador de que algo está pasando, si notamos que un estudiante de pronto está cansado todo el tiempo, ha perdido interés en actividades en las que participaba activamente antes o se aleja de sus compañeros, podría ser signo de que este alumno tiene algún síntoma que está afectando su salud mental. Así mismo, el cambio de humor notorio y continuado podría indicar algo importante, la irritabilidad, la tristeza o el aburrimiento, por ejemplo, son signos importantes. Perder la concentración en clase, dejar de entregar tareas o en general la disminución del rendimiento escolar son temas que podrían causar preocupación.
Ante estos signos es importante hablar con las familias y buscar en conjunto las razones detrás de estos cambios, así como escuchar a los alumnos para detectar si hay alguna situación en la escuela que pudiera estar provocando estos cambios, el acoso escolar, por ejemplo, es algo que podemos cambiar desde las aulas. Buscar una aproximación conjunta con los padres y las autoridades escolares puede ayudar a cambiar la situación y encontrar rutas para apoyar a los estudiantes.
¿Alguna vez has tenido estudiantes que enfrentan problemas de salud mental? ¿Cómo afectaba esto a tus alumnos y cómo abordaste el tema con ellos? ¡Comparte tus experiencias con nosotros!