El debate puede ser una herramienta muy poderosa para el aprendizaje, a través de este ejercicio los alumnos tienen la oportunidad de practicar sus argumentos, profundizar en el estudio de temas complejos, trabajar en equipo y aprender a escuchar y evaluar argumentos de otras personas, aunque estas difieran en opinión; también puede ser una forma de ayudar a los estudiantes a diversificar su pensamiento y lograr acuerdos aún entre partes que tienen visiones diferentes del mundo o de ciertas situaciones. Hacer un espacio para el debate en nuestras aulas puede ayudarnos mucho a trabajar distintos saberes y ampliar la aplicación de los conocimientos que adquieren los alumnos.
¿Por qué un debate?
Un debate no se trata solamente de discutir, para presentar un debate organizado es muy importante que los participantes tengan claras sus ideas al respecto del tema, que articulen y organicen sus pensamientos de forma que puedan exponer sus ideas de manera coherente y argumentar claramente su postura. También requiere una escucha activa, un buen debate puede llevarse a cabo solamente si somos capaces de escuchar realmente al otro y responder sus argumentos con lógica e información clara, por lo que es necesario prestar atención a todo lo que el otro dice.
Esto inevitablemente nos ayudará a comprender mejor al otro, pues tendremos que estar atentos a otras perspectivas y considerar las razones que nos exponen, por lo que normalmente nos ayudará a llegar a un acuerdo en cuanto a ciertas perspectivas. Además, la investigación sobre los temas del debate puede aumentar la motivación de los alumnos al investigar temas interesantes para los que tendrán la oportunidad de analizar en conjunto con sus compañeros. Gracias a todo esto, el debate tiene un gran potencial como herramienta de aprendizaje en el aula.
¿Cómo implementarlo?
Temas interesantes
Es importante que al practicar un debate los alumnos sientan alguna conexión real con el tema que tendrán que exponer, dejar que ellos propongan algunos temas nos puede ayudar a aumentar el compromiso con este ejercicio y juntos pueden trabajar en las conexiones que tendrán con los temas que se ven en la clase. Entre más interesante y emocionante les parezca el tema del debate mayor será el interés de profundizar, analizar y discutir el tema con sus compañeros, más emocionante y más divertido.
Ayúdales a construir sus argumentos
Lo primero es saber cuánto saben los estudiantes sobre el tema propuesto, arrancar el ejercicio con una lluvia de ideas sobre lo que saben o intuyen del tema en cuestión es un buen punto de partida, especialmente para aumentar la motivación.
También es necesario saber que poseen las herramientas necesarias para la investigación y la argumentación, comenzar esta actividad con algunas estrategias que les permitan profundizar en un tema concreto y construir argumentos sólidos con base en lo que aprenden al respecto es importante, pues no todos tienen experiencias previas en las que pudieran poner en práctica este tipo de habilidades. En la actualidad también es necesario enseñarles cómo distinguir información falsa de información verdadera y procurar que las herramientas de IA no se utilicen como fuentes fidedignas, porque no lo son.
Equipo o individual
Según los objetivos que tengamos planeados para la clase, podemos decidir por formatos individuales o por equipo, los cuales traerán distintos desafíos tanto para nosotros como para los estudiantes, pero probar diferentes ideas y formatos puede ayudarnos a enriquecer la experiencia para todos los alumnos.
Calificaciones claras
Si bien como estrategia puede ser útil, también es importante hacerle saber a los alumnos cuáles son los objetivos de todo el proceso, tener una evaluación clara les ayudará a los alumnos a no perderse en el camino y cumplir con los requerimientos de la clase, más allá del interés que tengan en el tema. No olvides que darles claridad ayuda mucho en el proceso completo.
¿Alguna vez has puesto en práctica un debate como ejercicio del aula? ¡Aquí algunas ideas!