El estrés es una constante en la vida actualmente, prácticamente es imposible no sufrir estrés de vez en cuando o incluso de manera permanente. Desafortunadamente el ritmo que exige la actualidad muchas veces nos lleva a vivir en tensión, lo cual puede afectar nuestra salud de muchas maneras, tanto física como mentalmente.
Ya que no siempre podemos eliminar los factores de estrés, si podemos buscar maneras de combatirlo, técnicas que podemos aplicar en el día a día y que tal vez nos ayuden a tomar mejores decisiones y a evitar que las consecuencias negativas de vuvur bajo presión se apoderen de nuestro día a día. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para que en tu rutina encuentres pequeños momentos de relajación.
Sal al exterior
Aunque esto puede parecer superfluo o incluso obvio, salir a respirar aire fresco y tomar unos minutos de sol es una actividad cada vez menos usual, especialmente desde que la pandemia nos obligó a estar en interior, alejados de casi todas las personas. Por ello, trabajar de forma consciente en hacer un espacio diariamente para tomar el aire del exterior es importante, no tienes que salir durante varias horas si no tienes tiempo, comienza por hacerlo cinco minutos diariamente y si puedes aumenta poco a poco los minutos, de modo que la menos 20 minutos al día estés afuera, no solo por transportarse de un lado a otro, sino para que disfrutes de ese momento.
Haz actividad física
Hacer ejercicio de manera regular es muy importante, la Organización Mundial de la Salud recomienda que por lo menos a la semana realicemos 150 minutos de actividad física constante, pero el ritmo de vida que llevamos a veces hace muy difícil crear una verdadera rutina de ejercicios, por ello puedes crear un pequeño espacio diario para hacer ejercicio, el cual no tiene que ser demasiado intenso, pero si que te oblige a levantarte del asiento y a romper tu rutina.
También esto puede ser útil en los momentos de estrés más complicados, si en algún momento del día sientes que la tensión te rebasa puedes aplicar la actividad física como un medio para aliviarla. Puedes hacer un poquito de ejercicio cardiovascular, saltar la cuerda, correr un poco o bailar son buenas opciones para cuando sientes que las emociones están por desbordarse.
Respira
Aunque no lo creas, es probable que no respires adecuadamente, muchos de nosotros lo hacemos de forma meramente superficial, lo que provoca que respiremos a mayor velocidad y nos haga sentir palpitaciones, dolores de cabeza, tensión muscular. Por ello, varias veces al día es importante recordar que necesitamos respirar, no solamente para sobrevivir, sino para recuperar la atención en el momento presente. En general es necesario respirar profundamente, utilizando el diafragma.¿Cómo saber que es así? Solamente verifica que al respirar se hinche el vientre y no que solamente te haga levantar los hombros.
También puedes darte unos segundos cada ciertas horas para pensar en el momento, consciente de todas las sensaciones que se despiertan al momento de la entrada y salida del aire.
Escribe
Uno de los mejores procesos terapéuticos es escribir nuestras emociones y pensamientos, de esa forma podemos verlos desde nuevas perspectivas, organizamos mejor nuestra cabeza y podemos vincular procesos distintos que en un principio pueden parecer ajenos. Si estás pasando por un momento de mucho estrés escribir puede ser la mejor herramienta para darle una salida, así como para recuperar el control en momentos en los que las emociones parecen demasiado complejas. Toma una hoja de papel y plasma tus sentimientos, preocupaciones, experiencias e ideas, verás que la creatividad se convierte en parte de tu día a día y que en realidad te sientes mucho mejor con el paso de los días.
Relaja los músculos
Esta técnica es recomendada para aliviar momentos de ansiedad muy intensos y en general es útil para combatir el estrés al final del día. Consiste en recorrer mentalmente todo el cuerpo, tensando y relajando los músculos desde los dedos de los pies hasta la cabeza, poco a poco y totalmente conscientes de las sensaciones que esto nos causa. Necesitas darte unos minutos para cerrar los ojos y recostarte.
Una vez recostado, respira profundamente y comienza por los pies, tensa los dedos y los músculos de la planta de los pies durante unos segundos, apretando lo más que puedas, cuenta hasta cinco o hasta diez y luego relaja. Tienes que analizar las sensaciones en ambos pasos para reconocer cuando un músculo está tenso y cuando está relajado. Repite esto de manera progresiva en todos los músculos del cuerpo, subiendo por las pantorrillas, los glúteos, el vientre, el tórax, los brazos, antebrazos, manos y cara, incluídos labios, frente y ojos. Esta técnica te ayudará a volver al momento presente.