La escuela es un espacio que se centra en el aprendizaje de ciencia e historia, mayormente, cosas reales que ocurrieron u ocurren, quizá por eso es que existe poco espacio para la ficción por si misma dentro de las aulas, apenas limitada a las asignaturas relacionadas con la literatura, que normalmente se centran en el análisis de su importancia histórica, el uso del lenguaje u otros aspectos que hacen que la ficción por si misma no sea el elemento a destacar, sino una fracción del conocimiento que buscamos transmitir a los alumnos.
Sin embargo, la ficción ha estado presente en la evolución de nuestra civilización desde hace cientos de años y a nuestro alrededor es algo que ocurre todo el tiempo, en lo que todos invertimos mucho de nuestro día a día, al ver películas, series, leer historias, incluso al escucharlas. ¿Cómo es que un elemento tan importante para la cultura es tan poco usado en la escuela?
Si bien las materias de literatura tienen una razón muy importante para centrarse en el análisis y estudio de la ficción, también podemos aprovechar sus beneficios, no solo en el contexto de esta materia, sino con otras herramientas, por ejemplo, el crear una historia de ficción requiere algunas habilidades que pueden resultar muy importantes para el aprendizaje.
Investigación y contexto
Escribir una historia no se trata solamente de inventar un hecho y narrarlo, en realidad requiere de mucha reflexión, de pensamiento meta lingüístico, de mucho auto-análisis e incluso del análisis de los hechos que vamos a narrar. El crear un contexto que encuadre nuestra historia, así como el dotar a nuestros personajes de personalidad requiere de hacer una investigación, qué tan profunda dependerá tanto de lo que decidamos para la historia en sí misma. Si pensamos en esto como una estrategia para el aprendizaje, casi cualquier asignatura puede encuadrarse en el uso de la ficción como herramienta, pues un alumno de ciencias, matemáticas, historia, podría utilizar y profundizar los conocimientos adquiridos en clase para darle a un cuento o una narración mayor estructura, contexto y credibilidad.
Habilidades de comunicación
El lenguaje es nuestra principal herramienta de comunicación. Y el practicarlo en contextos que exigen reflexión sobre su uso, sus aplicaciones, las enormes posibilidades que ofrece para la creatividad, la expresión y la comunicación de ideas complejas, puede ayudarnos para nuestra vida cotidiana y para el crecimiento académicoEl u. Aunque como hablantes somos usuarios expertos de la lengua, también es importante abrir nuestra perspectiva de lo que creemos que es nuestra propia capacidad de expresión.
La escritura es un medio muy diferente a la comunicación diaria, que puede ayudarnos a fortalecer otras áreas y acercarnos a las personas de una manera completamente diferente.
Educación socio-emocional
Todas las artes, incluida la literatura, tienen un enorme poder para la expresión emocional y de nuestra identidad. Gracias al arte podemos conectar con personas de diferentes lugares del mundo, e incluso de diferentes momentos históricos, así como con las emociones, ideas y experiencias que todas esas personas han tenido y que de alguna manera llegan hasta nosotros. Por eso es que a pesar de los años, de los avances tecnológicos, de los descubrimientos científicos y del foco social en la producción, el trabajo y la economía, el arte continúa existiendo, creándose y siendo apreciado.
Aunque nuestros alumnos no se conviertan en escritores o artistas en el futuro, se pueden beneficiar mucho de la oportunidad de conectar con estas expresiones, ya sea como espectadores o como creadores. Animarlos a crear historias no solamente será para inventar hechos, también para imaginar los sentimientos de los personajes, lo que aumentará su empatía y les dará una ventana para emerger ellos mismos a través de su creación.
La ficción puede ser una herramienta muy poderosa en el aula. ¿La implementarías en tu salón de clases? ¡Comparte con nosotros tus ideas!