Como docentes queremos ver a nuestros estudiantes triunfar, queremos verlos alcanzar el éxito, sobresalir con sus calificaciones y superarse cada día, por lo que constantemente buscamos nuevas estrategias, nuevas metodologías y todo tipo de herramientas que nos ayuden a guiar a los alumnos en su desempeño académico, sin embargo existen factores que no necesariamente están en la materia que impartimos que podrían convertirse en elementos de mucha importancia para lograr que nuestros alumnos realmente logren sus metas y nuestra enseñanza sea exitosa, tales como los aprendizajes socioemocionales.
Gracias a la investigación hemos poco a poco descubierto la enorme importancia de las emociones en nuestro día a día, no solamente en aspectos como las relaciones, también en nuestro desempeño académico, nuestro desenvolvimiento en el mundo laboral, etc.
¿Cuál es su importancia para el aprendizaje?
Ahora sabemos que un cerebro estresado tiene más dificultades para comprometerse con el aprendizaje, pues está todo el tiempo alerta, preocupado por garantizar su seguridad, por lo que es esencial despertar emociones positivas al interior del aula y lograr que los alumnos se sientan cómodos, alegres, esto ayudará a que la atención se más duradera y en general tendremos estudiantes más dispuestos.
Las emociones positivas pueden lograr que los aprendizajes sean más profundos y duraderos, en general se percibe que el desempeño académico de los alumnos mejora con un adecuado manejo emocional.
Regulación y gestión de emociones
Esto no quiere decir que los alumnos deban o puedan dejar de sentir emociones negativas, como la tristeza, al ira o el miedo, las cuales son universales y naturales, todos las hemos experimentado y las experimentamos a lo largo de nuestra vida, por lo que el punto está en aprender a gestionar mejor todo tipo de emociones, sin reprimirlas ni etiquetarlas como algo bueno o malo. Aunque existen emociones que asociamos a lo negativo o a lo positivo, todas son necesarias e importantes, una respuesta natural del cuerpo al medio ambiente que nos ayuda a adaptarnos.
Nosotros podemos ayudar a los alumnos, no a reprimirlas, sino a manejarlas adecuadamente. Lo más importante es reconocerlas, encontrar el vocabulario que se ajuste a lo que sentimos, la ausencia de nombres apropiados muchas veces representa un obstáculo para la regulación emocional, sino sabemos lo que estamos sintiendo no vamos a poder aprender a gestionarlo.
Emociones positivas o negativas
El siguiente paso es entender que esa emoción, sin ser buena o mala, nos está diciendo algo y que lo más probable es que esté despertando en nosotros algún tipo de respuesta, ya sea gritar, llorar, incluso saltar o reír. La cuestión es enseñar a los alumnos que lo que hagan con esa emoción, la respuesta que les inspire, puede provocar dificultades en el salón de clases, como el gritarle a sus compañeros.
También nosotros podemos proveerles opciones para estos momentos, la oportunidad de salir del salón para respirar o caminar, el alejarse de sus compañeros unos minutos, acceder a algún objeto que les ayude a regularse o incluso tomarse un tiempo aparte para escribir, o dibujar algo.
Incluir materiales en los que los alumnos aprendan a reconocer sus emociones, a qué están asociadas o cómo pueden trabajar en ellas no solamente los hará sentir mejor, en general les ayudará a desarrollarse plenamente y afectará de manera positiva su rendimiento escolar.
¿En tu aula has abordado el tema de la educación socio emocional? ¡Cuéntanos tus estrategias!