Aunque actualmente se percibe mayor equidad de género en la sociedad, aún queda mucho trabajo por hacer para lograr que toda la población tenga acceso a las mismas oportunidades, reciba el mismo reconocimiento y acceda a todos los espacios de la vida pública sin que un aspecto como el sexo sea un factor determinante para esto. Y es que durante muchos años prácticamente todas las áreas económicas, científicas, académicas, políticas, deportivas, etc., estuvieron dominadas por los hombres.
Sin embargo, en todas las épocas y en todos los ámbitos, las mujeres han realizado diversas aportaciones que han ayudado al desarrollo de la humanidad, sin que reciban realmente el reconocimiento apropiado ni la posibilidad de ampliar sus conocimientos o profundizar sus descubrimientos.
Debido a todo esto es que aún en la actualidad existe una importante brecha de participación femenina en algunos sectores, como es la ciencia, no por una falta de capacidades, sino por diversos estereotipos y actitudes que aún dominan la cultura e incluso la educación de niñas, niños y adolescentes.
La mente de las niñas
El predominio de las figuras masculinas dedicadas a la ciencia en medios, así como los diversos estereotipos que aún predominan en los contenidos dirigidos a los más pequeños afecta la autopercepción de los niños y niñas desde muy temprana edad. Actualmente se sabe que alrededor de los 6 años las niñas han recibido el mensaje de que en ciertas profesiones no hay presencia femenina, por lo que deciden buscar otros intereses, especialmente aquellos que se destinan en los contenidos mediáticos para las mujeres.
Esto quiere decir que en las caricaturas, en los juguetes, en las películas las niñas perciben que no hay mujeres que se dedican a la ingeniería, la medicina, la ciencia, algunos deportes, etc. Y a partir de la representación que perciben modulan sus intereses. Conforme crecen estos estereotipos y modelos se fortalecen, especialmente cuando en los libros de texto solo aparecen nombres masculinos. El final de esta cadena de falta de representación implica números bajos de mujeres que se postulan para ciertas carreras y por lo tanto, menos profesionistas en esas áreas.
Afortunadamente, somos más conscientes como sociedad de este tipo de factores, por lo que poco a poco ha aumentado la representación femenina, aunque aún no es suficiente.
El trabajo del docente
En el aula, los docentes tenemos una gran oportunidad y una importante responsabilidad de combatir las razones por las que existen menos mujeres en todos los campos de conocimiento, especialmente en el área científica, pues esas asignaturas forman parte de nuestros planes de estudio y del día a día de los estudiantes, desde las aulas podemos ayudar a los alumnos a despertar y fortalecer sus intereses.
Darles modelos
Aunque la mayor parte de los libros de historia o ciencia están plagados de nombres masculinos, en la historia existen muchos nombres femeninos que marcaron el desarrollo de todas las áreas, incluso en la antigüedad muchas mujeres aportaron sus habilidades y conocimientos a la historia de la humanidad y si en nuestros libros no encontramos sus nombres, como docentes podemos buscar algunos ejemplos e incluirlos en el plan de estudios, así ayudaremos a todos los alumnos a cambiar esa percepción inconsciente de que las niñas no pueden interesarse por la ciencia.
Así mismo, en la actualidad existen grandes mujeres que dedican su tiempo y esfuerzo a la ciencia y a muchas otras áreas del conocimiento, por lo que podemos buscar incluso alguna participación en vivo de algún miembro de la comunidad que pueda conversar con los alumnos sobre su trabajo, pero desde la perspectiva femenina.
Alentar las inclinaciones naturales
Como docentes somos perfectamente conscientes cuando un alumno expresa un interés y muestra alguna habilidad para nuestras asignaturas. Es nuestro trabajo motivarlos por igual para que fortalezcan sus capacidades y profundicen en sus intereses, de forma que si tenemos una niña con aptitudes para la ciencia, podemos ayudar a que reconozca sus oportunidades, con ánimo, curiosidad y emoción.
Lo mismo puede decirse de otras materias que tradicionalmente tienen un estereotipo de género asociado, lo ideal es abrir las puertas para que todos tengan las mismas oportunidades.
Como docentes tenemos la responsabilidad de guiar a los alumnos para que tengan acceso a todas las oportunidades y para que desarrollen sus talentos. ¿Crees que nuestro trabajo puede aumentar la representación femenina en la ciencia y otras áreas?