El invierno es una temporada complicada, aunque aparentemente es festiva y alegre, tiene algunas características que pueden caer en el ámbito contrario. El cambio de estación, la ruptura en nuestra rutina diaria y todos los sentimientos asociados a esta época resultan relativamente riesgosos, por lo que sentir cierta melancolía o tristeza es perfectamente normal.
Aquí enlistamos las razones por las que ocurre este cambio de humor, que puede parecer tan abrumador y poco razonable, así como las opciones que tenemos para prevenirlo.
Depresión estacional
El denominado Trastorno Afectivo Estacional, es una afección de la salud mental común que normalmente se presenta hacia el final del otoño o inicios de invierno, aunque también hay casos en los que los síntomas se hacen presentes al inicio de la primavera y básicamente implica una depresión estacional, que suele presentarse en la misma época del año y que se parece mucho al Trastorno Depresivo, pero que tiende a desaparecer con el cambio de temporada.
También se denomina melancolía invernal a este cambio en el estado de ánimo que a muchos podría sorprender por su dureza y forma extraña de presentarse, pues puede cambiar el humor de cualquiera de forma incluso abrupta.
Las razones de este tipo de afecciones no son del todo claras, pero sí sabemos que se relaciona con la luz solar, ya que en estos meses suele haber días mayormente nublados, por lo que es más común entre más alejados estemos del Ecuador, pero también tiene razones sociales y personales.
¿Qué tiene que ver el sol?
El cuerpo humano está diseñado para funcionar de día y descansar de noche, por lo que la luz solar despierta procesos químicos en nosotros que nos hacen sentir alerta y con energía, mientras que al caer la noche segregamos melatonina, que regula nuestro ciclo de sueño. Durante el invierno, al recibir menor estimulación solar hay una mayor cantidad de serotonina en nuestro cerebro, lo que nos hace sentir cansados y somnolientos, listos para dormir. El agotamiento da paso a la apatía por hacer cosas y poco a poco a la melancolía.
Otros factores
Además de la parte orgánica, está la parte social y la historia personal. Aunque diciembre es tradicionalmente el mes de reuniones, buenos deseos, regalos y luces brillantes también representa cierta presión social de ser alegres, conseguir recursos económicos, aparentar una estabilidad emocional y personal que no se consigue tan fácilmente. Asociado a todo esto, la época despierta muchos sentimientos agridulces, pues los recuerdos de mejores tiempos son invadidos por los problemas actuales, experiencias poco agradables o el aumento de la sensación de soledad profundizan la tristeza y la sensación de desesperanza.
¿Qué puedo hacer?
La primera acción es la más sencilla de todas, aunque en ciertos lugares puede ser la más desafiante y es buscar la luz del sol. Actualmente quizá pases mucho tiempo en casa y si hace frío es menos probable que salgas a caminar en algún momento, pero procura buscar por lo menos unos minutos bajo el rayo del sol diariamente, esto ayudará a tu cerebro a disipar la melatonina cuando debería estar despierto.
No se trata de asolearse más de lo debido, nunca olvides el protector solar.
Busca apoyo
Si esta temporada es especialmente difícil para ti, que puede ser muy normal, no dudes en buscar el apoyo necesario. Comienza por conversar con tus amigos más cercanos o con algún familiar sobre lo difícil que es está época, hablar de nuestras emociones es la mejor terapia y no siempre es fácil. Si tú sabes que la temporada es mucho más que un poco de melancolía o si tienes la oportunidad no dudes en acudir con un terapeuta, la salud mental es tan importante como la salud física.
Ejercítate
El ejercicio suele ser la solución a muchos de nuestros problemas. Un poco de actividad física ayudará a regular tus ciclos de sueño, a liberar serotonina y endorfinas. No es necesario ser un gran atleta, el hecho de salir a caminar o hacer un estiramiento es un buen comienzo.
Mantente activo
En diciembre tenemos una pequeña pausa que significa que no estaremos al frente del salón de clases, esto altera nuestra rutina por completo y puede causarnos cierto estrés, por más que esto signifique un descanso. Esto puede llevarnos a caer en cierta apatía durante las vacaciones, sintiendo que necesitamos dormir, no salir de casa y descansar, lo cual es cierto, pero solo hasta cierto punto. No olvides hacer un espacio para concretar proyectos, realizar actividades nuevas, visitar lugares interesantes o reencontrarte con algunas personas. Esto es muy importante para mantener nuestra mente activa.
¿Has llegado a sentirte afectado por la temporada invernal? ¿Cómo llevas este proceso? ¡Comparte con nosotros tus consejos e ideas!