“Así que la guerra sucia es para ganar las elecciones, ¿qué se siente que nadie te crea?”.
Propiamente es una lucha interna entre dos sistemas ideológicos que se disputan el poder. Los movimientos de oposición en México han sido apaciguados por el Estado tomando decisiones arbitrarias y completamente violentas donde se contempla la desaparición forzada, la tortura, el asesinato, los encarcelamientos sin un debido proceso, entre otros, como ejemplos de esto tenemos: La matanza del 68, Operación Xochicalco, la Matanza de Acteal, el caso de Atenco, los 43 alumnos desaparecidos de Iguala, Guerrero, y muchos más.
En el campo de acción de la política, es cuando los contrincantes electorales inventan una serie mentiras contra el otro (es lo que ellos dicen) en aras de desprestigiar a su contrario frente a la sociedad y menoscabar su credibilidad. Por ejemplo: el actual caso del candidato Ricardo Anaya al que se le acusa de estar involucrado en movimientos de lavado de dinero, supuestamente en busca de arbir el camino a otros candidatos y dejarlo fuera de la contienda presidencial.