La escuela es el centro del conocimiento, por ello quizá es que la vemos como una institución solemne que requiere de seriedad. Con esta idea en mente es fácil creer que un salón de clases o una escuela no tiene lugar para el juego, pues los estudiantes deben concentrarse en el aprendizaje, en estudiar y en practicar habilidades que ahí se enseñan, lo cual no se relaciona con el juego, que normalmente está más ligado a conceptos como diversión.
Sin embargo, el juego tiene un papel fundamental en el desarrollo y en el aprendizaje de los más pequeños, no es solamente esparcimiento o diversión, son mecanismos en los que los niños afianzan algunos de los aprendizajes que han obtenido, utilizándolos en juegos o incluso compartiéndolo con sus pares. La experiencia del juego en sí misma es rica y útil para diferentes aspectos del desarrollo de los más pequeños.
A través del juego los niños toman el control de la situación, son ellos quienes manipulan el ritmo del juego, lo que ocurre a su alrededor, las circunstancias que viven dentro de la ficción y claro, el momento en el que se suspende esa realidad inventada. Esto ayuda a hacerles sentir seguros y en control con lo que ocurre, especialmente en un mundo en el que son los adultos quienes llevan la batuta de casi todas sus experiencias..
Procesar emociones
El juego en sí no es solamente un mecanismo de aprendizaje, también es útil para atravesar situaciones que no comprendemos del todo durante la infancia y es a través de la imaginación y el control que tienen sobre la ficción del juego que logran gestionar tanto emociones como experiencias en total control y con mucha más comodidad. A veces incluso pueden ser señales para los adultos sobre el proceso en el que se encuentran los alumnos, las etapas, por ejemplo, de un duelo, se pueden observar a través del juego y esto nos puede servir para abordar, incluso desde el mismo juego, una forma de acompañarlos en el proceso.
Al mismo tiempo podemos intentar aprender sobre su perspectiva de las cosas, lo que han escuchado de los adultos y cómo han procesado estas experiencias al monitorear dicha actividad. Es importante evitar juzgar lo que expresan, censurar sus juegos no cambiará las cosas y podría inhibir posteriormente su confianza al expresarse con los adultos.
El aprendizaje y el juego
Es mucho más factible estimular la memoria, la concentración y el aprendizaje profundo a través del juego, esto no aplica solamente para los más pequeños, incluso como adolescentes o como adultos llegamos a trabajar mejor algunos aspectos cuando hay involucrada diversión, entretenimiento y alegría, las emociones son una parte esencial de cualquier proceso educativo.
Como docentes podemos utilizar el juego como una parte importante de la clase, no solo como un extra o un beneficio, sino como parte de los proyectos y estrategias con las que contamos para la enseñanza.
¿Alguna vez has notado que tus alumnos procesan algo a través del juego? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!