La búsqueda de escuelas seguras, disciplinadas y en orden nos ha llevado a crear sistemas con los cuales establecer reglas de comportamiento y métodos que motiven a los alumnos a seguir esos principios, desde hace mucho tiempo la idea del castigo y la recompensa se ha utilizado para crear escuelas ordenadas y seguras, pero quizá no son la mejor manera de incentivar la buena conducta.
¿Cómo transformar estos sistemas? ¿Existen alternativas más efectivas para lograr que los alumnos sigan las reglas y tengan un mejor desarrollo social?
Aunque la idea del castigo como único sistema de justicia continúa como la más elegida en muchos ambientes, existen algunas alternativas que han mpstrado ser efectivas y ayudar a las personas a integrarse de manera más satisfactoria con sus compañeros y su entorno. La justicia restaurativa es una de ellas, una forma de pensar la justicia como un sistema que se enfoque más en la resolución de conflictos, reparación de daños y solución de problemas que en el castigo como consecuencia de ciertos actos.
Investigaciones también sugieren que alternativas como la atención psicológica, la reflexión, el trabajo comunitario y el uso de políticas más positivas pueden ayudar a los infractores a evitar conductas negativas o dañinas para la comunidad en el futuro, esto incluye la atención a las causas de las conductas, la importancia de la participación de las familias y la comunidad, la escucha activa y el ayudar a los alumnos a trabajar para superar sus retos personales.
¿Cómo poner en práctica estas alternativas?
En muchas escuelas existen políticas que buscan ser estrictas para que haya poco espacio para la mala conducta, por lo que se implementan castigos importantes para pequeñas faltas, lo cual muchas veces resulta en frustración, sensación de impotencia para los estudiantes, así como una mentalidad cerrada con respecto a si mismos, es fácil que caigan en la idea de que no pueden mejorar o que no vale la pena intentar, pues también resulta común que alumnos reincidentes empiecen a ser observados y castigados con mayor frecuencia que sus compañeros aunque las conductas sean similares, esto debido a un sesgo que se desarrolla tanto entre las autoridades como entre los mismos alumnos.
Transformar nuestras escuelas por medio de sistemas de justicia que consideren un poco más otras causas para las conductas vistas como negativas puede ayudarnos mucho a crear ambientes más positivos, que alienten a los alumnos a intentar y a continuar su aprendizaje.
Escuchar a los alumnos
Ante conductas disruptivas siempre es importante escuchar a los estudiantes, saber de dónde vienen sus comportamientos, qué los motiva a actuar de cierta manera, cuál es contexto y la justificación detrás de sus actos, así como acompañarlos en los procesos que viven. Hablar con ellos tranquilamente, lejos de las emociones causadas por la situación vivida y con la mente abierta, sin juzgarlos, es importante, de esta forma podremos tratar de incidir en las causas primarias del comportamiento y no solamente en la idea de que algo está mal de manera intrínseca.
La comunidad
Hacerle saber a los alumnos que su conducta tiene un efecto importante no solo en sí mismos sino en la comunidad que les rodea es una manera de transmitirles las razones por las que sus conductas deben cambiar, cuando un alumno es disruptivo no solamente se afecta a sí mismo, sino que afecta a sus compañeros, al ritmo normal de las clases y la confianza entre compañeros, por ello es importante fortalecer el sentido de pertenencia a la comunidad y esto debe funcionar en ambos sentidos, si bien podemos hacerle saber a los estudiantes que han afectado a otros debido a sus comportamiento, también deben saber que la comunidad está para ellos, para acompañarlos y crecer con ellos.
Justicia restaurativa
Es verdad que los alumnos necesitan aprender que sus actos tienen consecuencias, mostrarles que estas suelen ser afectaciones hacia otras personas es un inicio de la justicia restaurativa, así como la implementación de sistemas en los que ellos reparen el daño hecho a la comunidad, esto puede ser por medio de trabajo comunitario, la reparación literal del daño o el cumplimiento de tareas que ayuden a a la comunidad o las personas afectadas de alguna manera. Esto también ayudará a fortalecer el tejido social de la misma escuela.
¿Crees que los sistemas de justicia punitivos pueden cambiar o actualizarse? ¿Qué opciones propondrías para esto? ¡Comparte con nosotros!