El proceso de aprendizaje se construye por muchos momentos y la memoria es un elemento crucial que no funciona de forma lineal, sino que existe en distintos espacios de nuestro cerebro y que requiere diferentes cosas para activarse y guardar información. La memoria de trabajo la utilizamos mientras llevamos a cabo actividades diarias, pero no siempre guarda la información que adquirimos a largo plazo, además nuestro cerebro “limpia” información que considera innecesaria periódicamente, por lo que algunos conocimientos adquiridos en el aula podrían simplemente olvidarse con el tiempo. ¿Qué podemos hacer en el aula para que ambas memorias contribuyan al aprendizaje?
La memoria de trabajo
Mientras estamos en clase utilizamos nuestra memoria de trabajo, la cual guarda información del medio en el que estamos de forma temporal, recordar instrucciones, resolver ejercicios, escuchar lo que el docente ha dicho. Este tipo de memoria es de pequeña capacidad y aunque se hace más amplia conforme crecemos siempre puede verse sobrecargada, si un estudiante enfrenta demasiados elementos en el aula que saturen su memoria de trabajo será difícil que funcione de forma óptima.
En esta memoria es donde los alumnos guardan la información que vemos de forma cotidiana en clase, por lo cual no es extraño que al salir del aula simplemente olviden todo lo que aprendieron en el aula, también es el tipo de memoria que utilizan al estudiar antes de un examen para memorizar los datos importantes y olvidarlos una vez que ponen un pie fuera del aula. Si bien es muy importante en el proceso de aprendizaje y tenerla en cuenta es fundamental, también es necesario buscar que el conocimiento pase de esta memoria a la memoria a largo plazo, donde guardarán la información realmente y podrán recuperarla ante los exámenes y más adelante en su proceso educativo.
La memoria a largo plazo
Olvidar es un proceso natural, nuestro cerebro procesa información todo el tiempo y para optimizar su trabajo elimina datos que no resultan importantes para la supervivencia, por ello fomentar que los conocimientos del aula pasen a la memoria a largo plazo y logren mantenerse ahí por más tiempo es tan importante. Sin embargo, esto puede ser un reto en tiempos en los que los estudiantes están expuestos a tantos estímulos y tanta información.
¿Qué podemos hacer para apoyarlos en esto?
Utilizar la información
Nuestro cerebro prioriza conocimientos que le son útiles en el día a día, si toda la información que obtenemos en el aula resulta demasiado teórica y lejana del contexto inmediato de los estudiantes será más fácil que su cerebro la deseche rápidamente, por ello buscar metodologías que permitan a los alumnos poner en práctica todo lo que han obtenido en clase puede ser muy importante para la memoria, no toda la información necesita utilizarse en grandes proyectos, a veces pequeñas tareas que ayuden a los alumnos a trabajar con el conocimiento de forma práctica puede ser suficiente.
Recuperar información
Es probable que los cerebros de los estudiantes escuchen información y la desechen en muy poco tiempo, especialmente si es algo que no le resulta interesante. Ayudarlos a guardar esta información puede ser tan simple como pedirle a los alumnos que recuperen lo que acaban de escuchar en clase. Cerrar nuestras clases una simple estrategia que permita a los alumnos hacer el esfuerzo de recordar lo que acaban de aprender le ayudará al cerebro a guardar esa información por más tiempo, no es necesario hacer un examen de forma cotidiana, un simple ejercicio antes de salir del aula puede ayudar, así como momentos de participación en los que pidamos a los alumnos recordar información lo mejor que puedan sin añadir presión. Todo esto puede hacer una gran diferencia.
Conecta información
La información aislada puede sentirse innecesaria, como un dato extraño o aleatorio sobre algo que no conocemos bien, en cambio cuando añadimos un pedazo de información a una red de conocimientos se vuelve algo importante, una parte de un todo. Por ello ayudar a los alumnos a activar conocimientos previos antes de impartir una nueva lección o relacionar lo que estamos aprendiendo con datos que aprendieron en otro momento puede ayudar mucho a que todo se sienta mucho más conectado e importante. Puedes utilizar estrategias en las que esto se muestre de forma visual y sea mucho más accesible, utilizar mapas mentales, redes de palabras, cuadros sinópticos e incluso estrategias como el storytelling pueden ayudar mucho en este aspecto.
¿Cómo ayudar a los alumnos a recordar? ¡Comparte tus estrategias!