Uno de los mayores retos para un docente es la organización de los asientos en el salón de clases, aunque parezca un factor sencillo, este tiene una gran influencia en el desarrollo de nuestra clase, puede llegar a ser crucial para el aprendizaje, no porque una posición en si misma lo sea, sino por como se desarrolla la clase según la convivencia y el trabajo con los compañeros.
¿Cómo organizar a tus alumnos para lograr el mejor efecto en clase? ¿Qué tanto influye esto en el aula?
Conocer a los alumnos es esencial
Aunque tomar decisiones en cuanto a la organización de asientos puede ser complicado, el paso inicial es conocer a los estudiantes y las necesidades que pueden tener al respecto de su posición en el aula. Los alumnos que tienen alguna debilidad visual o incluso problemas de audición deben tener lugares que les ayuden a dejar atrás las barreras de aprendizaje, esto puede significar colocarse del lado específico del aula o acercarse al pizarrón.
También es importante considerar las necesidades sensoriales de los estudiantes, algunos podrían necesitar sentarse lejos de las lámparas que vibran o de las ventanas en las que hay más ruido, otros podrían necesitar ponerse de pie de vez en cuando o tener a la mano alguna herramienta para la regulación sensorial. Todos estos factores son importantes para cada alumno y tenerlo en cuenta nos ayudará a mejorar la experiencia para todos.
Dinámicas de trabajo
Una vez que hemos considerado las necesidades de los alumnos, podemos también considerar otros factores para organizar el aula, así como estrategias que nos puedan ayudar a fortalecer nuestras propias dinámicas o metodologías.
No tengas miedo de mover el acomodo general del aula. Aunque lo más común es que tengamos un aula donde todas las bancas miran al frente, donde está el pizarrón y por ende el docente, las nuevas metodologías y todo lo que implican han cambiado esta dinámica, para muchas de estás actividades se requiere de trabajo en equipo, así como de tareas que permitan a los alumnos moverse por el salón de clases, consultar o comunicarse con sus compañeros, escucharse entre ellos y ver al docente desde distintas perspectivas. Estas dinámicas ponen a los alumnos al centro de la clase y por lo tanto también requieren de ciertos cambios en torno a la organización física del salón de clases.
Probar una organización novedosa puede implicar crear arreglos circulares, donde todos puedan verse de frente o crear pequeños grupos donde los alumnos se vean entre ellos y tengan espacio para discutir sus ejercicios.
¿Separar a los amigos?
Una de las grandes dificultades para un docente es encontrarse con grupos de estudiantes que al sentarse juntos se vuelven más sociables y por lo tanto se distraen entre ellos, es común que los amigos quieran sentarse juntos o que incluso otro tipo de dinámicas sociales intervengan en los resultados del día a día.
Esto hace que nos preguntemos si deberíamos o no separar los grupos sociales o buscar otras dinámicas. Aunque quizá en estos temas existan muchas respuestas, lo cierto es que lo más importante en un aula es que los alumnos estén cómodos y se sientan seguros para aprender. Esto no quiere decir que debamos ser indulgentes con grupos que se distraen entre sí o que llegan a interrumpir la clase, pero si que consideremos las opiniones de los alumnos.
Procura que los equipos sean diversos, sin importar cuál sea el acomodo general de la clase, es importante que al crear dinámicas dentro del aula busquemos que ellos se encuentren con distintos compañeros para trabajar a lo largo del ciclo escolar, debemos evitar que sean siempre los mismos equipos los que se forman y esto muchas veces implica hacer más de un movimiento a lo largo del año, cuando no del día, para las dinámicas del aula.
Asientos flexibles
En la actualidad algunas aulas tienen asientos que no son los tradicionales bancos o pupitres, sino que permiten a los alumnos tomar diversas posturas y moverse con cierta flexibilidad en el salón de clases. Quizá probar con asientos flexibles como sillones, pelotas de equilibrio o incluso permitir a los alumnos sentarse en el piso, por ejemplo, para llevar a cabo ciertas actividades nos sea útil para mantener el foco y la concentración en el aula.
¿Has probado ciertas formas de acomodar a las personas en tu salón de clases? ¿Qué resultados has obtenido?