Aunque las vacaciones nos generan mucha emoción, el cambio de actividades, el desajuste en horarios y la expectativa de tener un tiempo para resolver todos nuestros pendientes puede hacer de este periodo tan estresante como lo es la temporada de trabajo, lo cual resulta decepcionante, frustrante y puede alejarnos del tan anhelado descanso que buscamos
Mantener una rutina puede ayudarnos mucho a deshacernos de la sensación de caos y organizarnos de nuevo para cumplir nuestros objetivos, incluso si estos son solamente descansar y relajarnos. No se trata de ser exigentes con nosotros mismos para cumplir horarios autoimpuestos, sino de darle a nuestra mente y cuerpo la seguridad de lo que ocurre en el día,
La importancia de una rutina
Como docentes sabemos que tener una rutina predecible en el aula puede ayudarnos mucho con la gestión de conducta, pues saber qué sigue en el día ayuda naturalmente a los niños a sentirse tranquilos y seguros, ellos saben qué hacer durante las transiciones y es probable que puedan concentrarse mejor durante los periodos de atención, pues tienen claro cuándo terminarán y qué esperar después.
A veces durante las vacaciones creemos que deshacernos de la rutina es lo que más deseamos, hacer libremente lo que deseemos, algo que si bien es cierto nos deja sin estructura para días en los que no tenemos claro qué deberíamos estar haciendo. Una rutina en vacaciones no se trata de crear días tensos, más bien de liberar espacio mental para poder tomar decisiones con tranquilidad y escoger esas actividades que nos hacen felices con calma.
Rutina de vacaciones
Una rutina en días de vacaciones no necesita verse como una rutina de días de trabajo, ser flexibles con nosotros mismos y tener opciones puede ayudarnos a crear una rutina que se ajuste a lo que necesitamos. Tampoco se trata de exigirnos el cumplimiento de actividades y tareas específicas, sino de ayudarnos a orientarnos mejor durante el día.
No importa cuántos días queden, comienza por organizar tus necesidades y expectativas para los días de vacaciones, trata de hacer una lista de prioridades entre las que incluyas el tiempo de descanso y horas suficientes de sueño, tus horas de comida y los tiempos para hacer cosas por placer. Así sabrás cuál es el objetivo de tus días. Tu rutina no debe ser un horario estricto y sin pausas, solamente una guía para que siempre sepas qué sigue.
Cambios pequeños
Es normal que en vacaciones, cuando sentimos que tenemos tiempo suficiente para repensar nuestros hábitos y comprometernos con nuestra salud, de pronto queramos hacer cambios importantes en nuestro estilo de vida y nos prometemos comer mejor, hacer ejercicio, asistir a eventos culturales, llevar a nuestros hijos a diferentes lugares, etc. Si bien esto es importante y es necesario incluirlo en nuestras vidas puede hacerse muy difícil si pretendemos hacerlo de un momento a otro.
Las vacaciones en efecto son ideales para introducir cambios benéficos, pero estos deben hacerse poco a poco y con un plan en mente, escoge un aspecto específico que quieras cambiar, plantéate una mete concreta, alcanzable y medible, y poco a poco añade cambios que te ayuden a alcanzarla. Hacer ejercicio, por ejemplo, es importante, pero si no estamos acostumbrados a hacerlo es necesario empezar por algo muy pequeño, diez minutos de caminata al día son suficientes, en una semana puedes aumentarlo a veinte y a la siguiente semana trotar los primeros cinco minutos de tu caminata. Poco a poco podrás hacer más y más cambios.
Así mismo, integrar estos cambios en el contexto de una rutina puede ser la mejor forma de abordarlos, porque tendrás tiempo en el día para integrarlos claramente y al mismo tiempo espacio para muchas otras cosas.
La rutina es tu aliada
No veas la rutina como una obligación ni como un cambio de grandes dimensiones en tu día a día. Procura pensarla más como una organización en la que puedes introducir esos hábitos que necesitas para mejorar tu estilo de vida y alcanzar tus metas, no como una obligación, sino como el deseo de estar bien, hacer rendir tu tiempo y sentirte con seguridad en el día a día. Una rutina consciente puede ser complicada al inicio, pero poco a poco te ayudará a organizarte mejor, especialmente en días que parecen totalmente azarosos como las vacaciones.
¿Has intentado integrar una rutina en vacaciones? ¿Crees que podría ser algo útil incluso en el trabajo? ¡Comparte con nosotros tus ideas!