Todos los días vivimos experiencias distintas, tenemos ideas novedosas y observamos aspectos de la vida cotidiana que son importantes para nuestra perspectiva, sin embargo, debido al ritmo que debemos llevar muchas veces algunos de nuestros pensamientos no llegan a solidificarse, no nos damos el tiempo de reflexionar sobre cómo nos hemos sentido o cómo ha sido la experiencia que hemos tenido en un día particular, más bien continuamos de una experiencia a la siguiente sin darnos la oportunidad de recapitular lo que hemos sentido, lo que hemos aprendido o de darle forma a sensaciones que pueden revelar mucha información sobre nosotros mismos y sobre lo que queremos hacer en el futuro.
Esto mismo ocurre en el salón de clases, sentirnos abrumados por todo lo que tenemos que resolver y pasar de una actividad a otra durante el día puede hacer difícil que realmente lleguemos a observar todos los aspectos de la experiencia cotidiana y que, por lo tanto, perdamos de vista información relevante para mejorar nuestra labor en el aula e incluso a ayudarnos a encontrar estrategias que hagan más eficiente y menos agotador el trabajo cotidiano.
Con esto en mente es que una herramienta como llevar un diario de clase (e incluso en otros aspectos, uno personal) puede ser una gran idea, útil para comprender mejor los procesos que nosotros como docentes y nuestros estudiantes vivimos en el día a día, guiarlos mejor para lograr un aprendizaje más profundo y mejorar nuestro propio planteamiento de clase.
¿De qué nos sirve llevar un diario? ¿Qué características debe tener para que sea útil para nuestra aula? Aquí te damos algunas ideas para que pruebes esta técnica.
Traducir nuestros pensamientos
A veces nuestras ideas parecen muy claras en nuestra mente, o por lo menos comprensibles para nosotros, pero una vez que intentamos llevar a la práctica nuestros pensamientos, explicarlos a otros o recordarlos más adelante, la conceptualización se vuelve un asunto complicado. Traducir nuestros pensamientos de su forma más abstracta, muchas veces hechos solamente de nuestras impresiones, sensaciones y creencias a un formato con palabras claras puede hacer una gran diferencia, así sabremos realmente lo que significa cierta sensación ante una situación específica o qué implican las acciones que tanto nosotros como otras personas llevan a cabo, cómo nos hacen sentir y cómo se relacionan con el todo del día vivido.
En el caso del aula, llevar un diario nos puede ayudar a reflexionar al final del día sobre impresiones que de momento resultaron instintivas en el aula, cómo ciertas conductas de los alumnos son parte de un todo y no solamente una reacción del día, la sensación que tuvimos al llevar a cabo una actividad o la reacción de los estudiantes ante nuestra exposición o nuevas herramientas, como docentes tenemos mucho instinto y a veces respondemos con habilidades desarrolladas sólo a través de la experiencia, llevar un registro de todo esto fortalecerá nuestras herramientas y habilidades.
Llevar un registro de los avances
Cuando estamos al frente de un salón de clases debemos concentrarnos en múltiples aspectos a lo largo del día, pensar constantemente a futuro y planear para toda una clase, no solamente para un estudiante, más bien para todos. Esto puede hacer difícil estemos atentos y sobretodo conscientes de los avances particulares de cada estudiante, por el contrario, es posible que algunos aspectos del desarrollo de nuestra clase queden solamente en impresiones o especulaciones de nuestra parte, las cuales en ocasiones, están basadas en instinto y experiencia, pero al no tener claras las huellas de esto puede hacer difícil darle seguimiento a ciertos aspectos del desarrollo de cada alumno.
Llevar un diario de clase puede ayudarnos a solidificar el progreso de nuestra aula, así tendremos referentes de la participación y el ambiente general de la clase en días específicos y tendremos muy claro cuando exista algún punto significativo hacia cualquier dirección.
Descubrir patrones
A veces nuestras clases parecen impredecibles, cuando menos lo esperamos los alumnos están aburridos o demasiado activos, experimentan cambios de humor y su atención se dispersa en ciertos momentos sin que sepamos bien cuáles son los factores que influyen en estos cambios tan importantes. Llevar un diario es una gran herramienta no solo para el presente, sino para el futuro, a través del registro de lo que vemos y vivimos en el aula podremos detectar patrones que a simple vista pasan desapercibidos. Quizá es el cambio de clima, quizá ciertos eventos en el contexto, quizá es un momento de desarrollo, tener un registro en el que podamos identificar momentos específicos y ver si se repiten con el tiempo o analizar los factores que les rodean puede ayudar a crear estrategias en el futuro que puedan ayudarnos a anticipar momentos importantes de cambio.
Un diario puede ser útil de muchas maneras y también se puede construir en diferentes formatos, no todo es llenar páginas en un cuaderno, llevar hojas de excel con nuestras observaciones, documentos en línea o utilizar alguna aplicación puede ser tan útil e interesante como un cuaderno cualquiera. ¿Alguna vez has llevado un diario de tus clases? Comparte con nosotros tus ideas e impresiones al respecto.