La escuela no solo es un espacio de aprendizaje relacionado con temas académicos, en nuestras aulas los alumnos desarrollan todo tipo de habilidades y experimentan momentos muy importantes de sus vidas, aunque nuestro foco sea la educación, la comunidad escolar necesita prepararse para cualquier tipo de situación que se presente en el día a día y esto puede incluir emergencias de distintas índoles. Estar preparados ante situaciones de riesgo es una habilidad esencial para estudiantes, docentes y personal administrativo, saber actuar ante una emergencia, conocer los protocolos para prevenir desastres del edificio en el que nos encontramos y tener información necesaria para hacer frente a todo tipo de eventualidades no solo hará de nuestra escuela un espacio seguro, también ayudará a los estudiantes a desenvolverse de forma segura y asertiva en sus hogares y en otros espacios.
Realizar simulacros es una de las actividades más importantes que podemos poner en práctica en nuestras escuelas, pues es la mejor manera de entrenarnos para mantener la calma ante emergencias y permitirle a nuestra mente y cuerpo actuar de la mejor manera posible, conocer los pasos a seguir en cualquier momento y saber que contamos con nuestros compañeros para resolver cualquier emergencia de la mejor manera posible creará un entorno seguro.
Prepararnos ante las eventualidades
Llevar a cabo simulacros en todos los espacios que habitamos es esencial para nuestra seguridad, llevarlos a cabo en casa, lugares de trabajo y principalmente escuelas es una práctica que puede salvar vidas y que debe replicarse tanto como sea posible. Aunque algunas personas puedan sentir cierta tensión ante la simulación de situaciones que generan mucho estrés o lleguemos a sentir que perdemos el tiempo, prepararnos en conjunto para saber cómo actuar y cómo reaccionar ante un sismo, un incendio o cualquier tipo de emergencia nos hará una sociedad más fuerte y resiliente.
Un simulacro nos permite conocer los protocolos de seguridad, así como crear una rutina para que nuestro cerebro, incluso en caso de emergencia, cuando nuestras emociones dominan nuestra mente, sepamos cómo reaccionar, hacia donde dirigirnos, reconocer las áreas seguras y apoyar a otras personas en caso de ser necesario. No debemos minimizar la importancia de los simulacros, no solo porque nos dan información vital, sino porque son formas de prepararnos física y mentalmente ante los riesgos.
Brindar información a los alumnos
Es importante transmitir a los estudiantes las razones por las que llevar a cabo simulacros es tan importante, así como hacer de su conocimiento información vital en caso de emergencia, no solo para usarla en su escuela, también en todos los entornos en los que desarrollan sus actividades cotidianas. Saber qué hacer, cómo ayudar a otros y cómo cuidarse a sí mismos, así como identificar las mejores rutas de evacuación, zonas más seguras y otras acciones que pueden salvar sus vidas es muy importante, para esto podemos llevar a cabo charlas periódicas para padres y alumnos en nuestras escuelas, transmitir la cultura de la prevención y practicar con simulacros de manera cotidiana puede hacer la diferencia en momentos de crisis.
Conservar la calma y navegar las emergencias
Ante un sismo, un incendio o una emergencia similar puede ser muy difícil dominar nuestras emociones, por ello es que conocer de antemano protocolos bien establecidos, claros y que consideren diferentes variables puede ayudar a una comunidad a hacer frente a desastres naturales o de cualquier otro tipo.
Juntos podemos ayudar a nuestra comunidad a manejar el estrés en situaciones críticas a través de técnicas de respiración, ejercicios previos que les ayuden a identificar sus opciones incluso bajo presión y al desarrollar estrategias para identificar la mejor manera de actuar en conjunto, por ejemplo, la importancia de designar roles, de escuchar a los demás, de guardar silencio para escuchar instrucciones o transmitir información a sus compañeros, de apoyar a las personas con discapacidad evitando bloquear los accesos, o comunicándole instrucciones a quienes tienen alguna dificultad para ver o escuchar, todos estos elementos pueden hacer la diferencia.
¿En tu escuela se llevan a cabo simulacros periódicamente? ¿Cómo los manejan y qué tips le darías a otros docentes que necesitan trabajar este aspecto? ¡Comparte con nosotros la información!