La actualidad ha traído muchos retos para los docentes y para los alumnos, pues vivimos en un mundo cambiante que cada día requiere nuevas habilidades y el fortalecimiento de nuestros aprendizajes, por ello sabemos que impartir clases no se trata solamente de transmitir información, más bien de ayudar a los alumnos a crear aprendizajes profundos que les ayuden para el futuro. El Aprendizaje Basado en Retos (ABR) es una metodología pedagógica que busca que los estudiantes desarrollen competencias al resolver problemas reales y relevantes para su contexto. La idea principal es que al enfrentarse a desafíos auténticos, los alumnos aplican lo que aprenden en el aula y desarrollan habilidades como la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la autonomía.
¿Qué es el ABR y por qué es importante?
A diferencia de las estrategias tradicionales centradas en la memorización, el ABR parte de un reto o problema complejo que los estudiantes deben abordar de forma activa. Este enfoque:
¿Cómo implementarlo en el aula?
Selecciona un reto significativo
El punto de partida es elegir un problema que sea relevante para los estudiantes y su entorno. Este debe ser lo suficientemente complejo para requerir análisis y soluciones creativas, pero alcanzable con los recursos disponibles, idealmente inspirado en su contexto personal y comunitario.
Define los objetivos de aprendizaje
Aunque el reto es central, debe estar alineado con los objetivos curriculares. Por ejemplo, el reto puede vincularse con ciencias, matemáticas y español, según relacionemos los temas que tenemos en mente para el proyecto.
Diseña actividades estructuradas
Divide el reto en etapas manejables, guiando a los estudiantes en la recopilación de información, análisis de datos y desarrollo de soluciones. Proporciona herramientas y recursos, pero permite que los alumnos tomen decisiones.
Las fases del proyecto
Promueve el trabajo colaborativo
Organiza equipos de trabajo donde los alumnos puedan colaborar, compartiendo ideas y asignándose roles. Es crucial fomentar una comunicación efectiva y el respeto entre compañeros.
Integra tecnología y recursos diversos
Según los recursos de la escuela y de la comunidad educativa, puedes añadir el uso de herramientas digitales, como buscadores, plataformas colaborativas (Google Workspace, por ejemplo) o aplicaciones de diseño que pueden ser útiles para enriquecer el proceso.
Recuerda adaptar todo a las necesidades de los estudiantes, comienza con retos pequeños y acesibles que permitan a todos familiarizarse con la metodología y tomar control de los roles y etapas del proyecto. Tampoco te olvides de involucrar a la comundiad escolar, llamar expertos (a veces están entre las familias de los propios estudiantes o en nuestro contexto) y enriquece la metodología. Sé flexible, permitiendo que los estudiantes propongan ideas y soluciones innovadoras.
El Aprendizaje Basado en Retos nos ayuda a preparar a los estudiantes a enfrentar los desafíos del mundo real, a través de un aula dinámica. ¿Alguna vez has puesto en práctica esta metodología? ¿Cómo ha sido tu experiencia?