La mala conducta en clase puede ser uno de los temas más complicados de gestionar como docentes, un alumno que constantemente se opone a seguir las reglas del salón de clase, a acatar instrucciones o que experimenta ira y frustración que se expresan de formas explosivas puede convertirse en un tema muy complejo para el docente. Además, a veces esto se convierte en un grave problema cuando no se trata solamente de un pequeño inquieto o de un mal día, sino de algo que se repite y que trae consigo dificultades de conducta complejas en la convivencia cotidiana, pues otros niños pueden verse afectados y la dinámica del aula resulta difícil.
Esto puede ser mucho más que solamente un poco de mal humor, incluso puede tratarse de algún trastorno de desarrollo que dificulta al niño o niña seguir instrucciones y regular sus reacciones ante la frustración o la ira, lo cual dificulta sus relaciones con adultos, compañeros y todo su proceso de aprendizaje. ¿Qué es el Trastorno de Oposición Desafiante o Trastorno Negativista Desafiante? ¿Cómo saber si está presente en el aula y cómo podemos ayudar a estos pequeños a vivir un ambiente más seguro y tranquilo?
Trastorno de Oposición Desafiante (TOD)
Se trata de un trastorno del desarrollo en el que el niño presenta de forma recurrente a través de conductas que se oponen o desafían a la autoridad, desobediencia constante y parecen hostiles ante figuras de autoridad como padres y maestros. Es posible que los signos de este trastorno no se presenten de igual forma en todos los entornos, es decir pueden ser específicos de la escuela o de casa y esto en ocasiones hace que los padres o los docentes tengan dificultades para comunicar lo que viven.
Los niños con TOD pueden también presentar conductas preocupantes hacia sus compañeros o ser muy sensibles ante ciertos estímulos emocionales, pierden la paciencia con facilidad y parecen guardar rencor hacia otras personas. También es común que estos signos sean parte de las comorbilidades de otros trastornos de desarrollo, especialmente del TDAH, y puede llegar a afectar de manera muy importante la vida familiar, escolar y en general el proceso de aprendizaje del niño.
Aunque como docentes no está en nuestras manos dar un diagnóstico, estar atentos a los patrones de conducta de nuestros alumnos y tener información actualizada sobre los trastornos que podrían afectarlos es muy importante, tanto para adecuar nuestra aula de forma que resulte cómoda y útil para todos nuestros estudiantes, como para ayudar a los padres que muchas veces enfrentan dificultades sin saber a quién recurrir o qué significan ciertas situaciones.
¿Cómo trabajar esto en el aula?
Comunicación con la familia
Todos los niños viven de formas distintas la escuela y el hogar, la relación que tienen con sus padres, sus hermanos, sus maestros y sus compañeros de clase puede ser muy distinta y sus necesidades particulares pueden llegar a ser muy diferentes en cada entorno, para algunos la rutina de la escuela es más cómoda mientras para otros puede resultar frustrante, por ejemplo, por lo que es relativamente común que para cada autoridad la conducta expresada en otros entornos resulte sorpresiva.
Escuchar a los padres de familia y armar estrategias en conjunto que sirvan para mejorar la convivencia y el desarrollo de los niños es esencial, no siempre es fácil, pero juntos podemos crear equipos que beneficien a todos los involucrados
Trabajar en la rutina
Una de las partes más complejas del TOD es lograr que los niños sigan las instrucciones que les damos, para ellos puede resultar muy complejo seguir lo que los adultos les piden, pues impulsivamente existe una reacción de rechazo, por ello es que debemos buscar que los niños puedan unirse a la dinámica sin disparar una reacción. Una rutina estructurada puede ser de mucha ayuda, pues en lugar de estar dando instrucciones y pedir a los alumnos que lleven a cabo ciertas acciones para realizar las tareas o actividades del grupo, la rutina hará que todo sea esperable y llevadero, ya no necesitarán seguir las instrucciones de la autoridad sino continuar con su día con naturalidad. Además ayuda a tener un ambiente predecible y seguro, lo que disminuye la ansiedad.
Entender las razones
Algo que puede ayudar mucho a tener un ambiente más tranquilo es ayudar a los niños a entender las razones detrás de cada actividad en lugar de recibir órdenes que en ocasiones parecen arbitrarias, explicar las dinámicas y hacerles llegar por sí mismos a conclusiones acerca de cómo deben ocurrir las cosas puede ayudar a que ellos decidan seguir con la dinámica de las actividades sin necesidad de recibir órdenes que resultan frustrantes. Esto puede ser útil para todo tipo de alumnos y puede minimizar las dificultades de conducta entre compañeros.
¿Has tenido algún caso de Trastorno de Oposición Desafiante? ¿Cómo lo has gestionado? ¡Comparte con nosotros tus ideas!