La era digital ha traído consigo un sinfín de experiencias asociadas a las herramientas e interacciones que tenemos por medio de nuestros dispositivos digitales, aunque muchas de estas no son exclusivas del entorno propio de internet, han cobrado relevancia ante fenómenos que no tendríamos si no fuera por la inmediatez de las redes sociales. Entre estas se cuenta el famoso FOMO o Fear Of Missing Out, que se traduce como el "miedo a perderse de algo". Se trata de una poderosa sensación de ansiedad que surge cuando sentimos que otros están experimentando algo que nosotros no y suele presentarse en redes sociales cuando vemos que mucha gente participa en algo, lo cual en ocasiones conduce a la necesidad de estar en línea en ciertas plataformas para estar atentos cuando algo se presenta.
Es posible sentir FOMO en situaciones de la vida real, muchos adolescentes tienen esta experiencia cuando notan que sus compañeros realizan cierto tipo de actividades, como asistir a conciertos, usar elementos de moda o participar en grupos de fanáticos, etc. Pero también como adultos podemos llegar a sentir este tipo de ansiedad. El efecto del FOMO no es inocuo, puede tener un impacto importante en nuestra vida cotidiana y en la escuela llega a implicar dificultades para realizar actividades cotidianas, tanto para alumnos como para docentes.
¿Cómo afecta el FOMO a los docentes?
Más allá de las redes sociales, el FOMO puede afectarnos de formas inesperadas en nuestro entorno cotidiano, identificarlo y trabajar en ello nos ayudará a desenvolvernos mejor en nuestras actividades y relacionarnos mejor con nosotros mismos tanto como con los demás.
¿En qué momentos sentimos este temor?
Compararnos con otros
Es fácil sentir presión al ver lo que otros maestros están haciendo en sus clases, especialmente en redes sociales o eventos educativos. Esto puede llevar a una sensación de competencia constante y agotadora.
Decir sí a todo
El deseo de estar al tanto de todas las novedades y eventos educativos puede llevar a los docentes a inscribirse en más talleres y actividades de las que realmente pueden manejar, así como a participar en demasiadas actividades al interior de la escuela o incluso en su vida personal.
Sobrecarga de información
Con el acceso constante a información y actualizaciones de todo tipo, los docentes pueden sentirse obligados a estar siempre actualizados, lo que provoca ansiedad y fatiga.
FOMO en los estudiantes
Los estudiantes también pueden experimentar FOMO, especialmente cuando observan las actividades y logros de sus compañeros que parecen lejanos para ellos, esto provoca ansiedad e inseguridad.
Competencia constante
El deseo de estar a la par o superar a sus compañeros puede generar estrés y disminuir la autoestima.
Distracción digital
Los estudiantes pueden sentirse obligados a estar conectados en redes sociales para no perderse de las novedades de sus amigos o tendencias populares, lo que afecta su concentración en clase.
Ansiedad social
Al ver a otros participar en actividades fuera de la escuela, algunos alumnos pueden sentirse excluidos o menospreciados. Su autoestima y seguridad es importante para profundizar vínculos y estas sensaciones dejan huella en la forma en que se relacionan con los demás.
¿Qué podemos hacer?
Entender cómo se manifiesta el temor a perderse alguna experiencia, validar estas sensaciones en nosotros y en los alumnos, así como aprender a manejarlo es clave para mejorar el bienestar en el aula. Implementar estrategias que promuevan el bienestar emocional y el uso consciente de la tecnología es una forma efectiva de mitigar los efectos del FOMO en la comunidad educativa. ¿Has sentido alguna vez FOMO? ¿Lo has visto en tus estudiantes? ¿Cómo lo has manejado? ¡Comparte con nosotros tus experiencias e ideas!