Como docentes, una parte de nuestra labor implica esforzarnos para dominar los temas de clase, por lo que muchas veces, dedicamos años a perfeccionar nuestras estrategias pedagógicas y profundizar nuestros conocimientos. Este esfuerzo nos ayuda a estar preparados en el aula para las dudas de los alumnos y sus ritmos de aprendizaje, pero también puede traer consigo un efecto que, por el contrario, podría poner esto en riesgo. Existe un fenómeno cognitivo que puede dificultar nuestra labor sin que nos demos cuenta, conocida como la maldición del conocimiento, se trata de un sesgo que nos lleva a asumir que otras personas comprenden conceptos e ideas con la misma facilidad que nosotros, lo cual puede convertirse en un obstáculo en las aulas, pues de cierta manera nos hace olvidar que los estudiantes no poseen nuestro nivel de experiencia ni contexto.
¿Qué es la maldición del conocimiento?
La maldición del conocimiento es un sesgo cognitivo que ocurre cuando alguien que domina un tema no logra imaginar lo que es no saberlo. Esto puede generar barreras en la comunicación, especialmente en el aula, donde la clave está en transmitir ideas de manera clara y accesible.
De esta manera, un docente podría explicar por medio de términos y conceptos que para él son sencillos, temas nuevos o complicados que para los estudiantes resultan muy desafiantes. Al no tener las mismas bases y herramientas, los estudiantes podrían sentirse frustrados, al igual que el propio docente, quien además podría no darse cuenta de las dificultades de los estudiantes para seguir su ritmo.
Aunque es un fenómeno que tiene efectos importantes en la relación docente-alumnos, también es algo más común de lo que nos imaginamos, pues repetir las mismas lecciones por varios y años, así como la rutina de la experiencia hace más fácil el ir dejando de lado la experiencia del inexperto.
¿Cómo afecta a la enseñanza?
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Antes de iniciar un tema nuevo podemos hacer algunas evaluaciones de diagnóstico para saber cuál es el nivel general del grupo y qué tan familiarizados están con conceptos básicos del tema que vamos a explorar. Es posible hacer esto a través de actividades que nos permitan escuchar a los alumnos, como hacer preguntas o pedirles que expliquen ellos esos conceptos.
Abre las unidades y los temas nuevos con un repaso sencillo de los conceptos y temas más importantes, esto también te permitirá sentar una base clara que les ayude a todos a comprender el vocabulario básico.
Hacer pausas en nuestras explicaciones y a lo largo del desarrollo de los temas para pedirle a los alumnos que nos expliquen en sus palabras lo que se ha aprendido hasta el momento, así será más fácil ver lo que no ha quedado claro, tanto para ti como para ellos.
Es importante no olvidar la experiencia del estudiante inexperto o que no tiene conocimientos sobre algún tema, sentirnos novatos de vez en cuando es necesario para conectar con los alumnos, busca integrarnos a nuevas actividades de vez en cuando, probar nuevas cosas o aprender algo de lo que no tenemos idea nos puede ayudar a conectar de nuevo con esta experiencia
¿Has notado alguna vez que este tipo de barreras aparecen en tus clases? ¿Crees que has experimentado este sesgo? ¡Comparte tus experiencias con nosotros!