En el mundo actual y, especialmente, en redes sociales es común ver siempre una cara positiva de las personas, que suelen compartir sus momentos felices o al menos disfrazar su situación real a través de publicaciones que se concentran en aspectos positivos de sus vidas. Al mismo tiempo, circula socialmente una constante narrativa que pide a las personas concentrarse en el aspecto más positivo de las circunstancias, con el argumento de que al ver las cosas desde esta perspectiva los problemas parecerán menores.
Si bien este tipo de pensamiento positivo si puede ayudar a cambiar la forma en la que nuestro cerebro percibe algunas cosas, también se puede convertir en un riesgoso discurso que minimiza nuestras emociones verdaderas y enmascara lo que realmente estamos sintiendo. En conjunto esto se ha llamado “positividad tóxica”, algo que nos alerta para estar atentos a este tipo de pensamiento que nos puede arrastrar a mecanismos poco saludables al pasar por los momentos difíciles
¿Qué es realmente la positividad tóxica?
Es común que al expresar un problema o una preocupación alguien trate de animarnos a través del cambio de perspectiva, en el que nos inducen a pensar en que todo puede ser peor, que hay gente que tiene dificultades mayores o que simplemente debemos pensar que todo estará bien. Esto, a pesar de ser dicho con buena intención, en realidad tiene un efecto negativo en las personas, quienes muchas veces no pueden simplemente cambiar su emoción o su pensamiento, por uno más alegre, y que escuchan como sus sentimientos y experiencias, son invalidadas porque existen otras que son mucho más difíciles.
Esto tiende a minimizar o negar la experiencia que una persona vive, haciéndole sentir que no tiene el derecho de expresarlo, por lo que tenderá a ocultarlo o negarlo incluso para sí mismo. Al convencerse de que necesita tener un pensamiento más positivo, las persona comienza a enmascarar sus emociones o incluso a autoconvencerse de que todo está bien o de que al menos lo estará cuando logre dejar atrás el pesimismo.
¿Cómo nos puede afectar?
Aunque pedirle a alguien que tenga una visión más positiva de las cosas puede parecer algo útil o por lo menos amable para decirle a alguien, en realidad puede convertirse en una actitud muy negativa que acabe por hacerle daño a las personas.
Y es que el enmascarar nuestra verdadera situación y especialmente negar la experiencia de emociones como tristeza, miedo, ansiedad, preocupación o ira estas tienden a maximizarse, aumentar y aunque no las reconozcamos se manifestarán en nuestra vida diaria, a través de actos impulsivos o conductas autodestructivas. Expresar nuestras emociones, hablar con otras personas sobre las experiencias que tenemos y sobre cómo nos afectan mental y emocionalmente es muy importante.
El contexto real
Adicionalmente necesitamos tener en cuenta que muchas veces no se trata solamente de una emoción aislada, es posible que la gente esté triste o enojada por alguna situación real del mundo actual, ya sea una preocupación económica, el miedo a las enfermedades, la pobreza, el cambio climático, la guerra, circunstancias que están fuera de nuestro control totalmente, pero que tienen el poder de hacernos daño o por lo menos de afectar nuestra vida diaria.
En estos casos es imposible negar la circunstancia en sí misma, por lo que minimizar lo que el otro siente simplemente a través de una supuesta mirada positiva solamente profundizará la angustia y el temor. Sin embargo es algo común pedirle a alguien que no se preocupe por cosas que no puede resolver.
Es importante reconocer y validar las emociones que experimentamos, no solamente tratar de ocultarlas a través de un pensamiento demasiado positivo. ¿Crees que este tipo de perspectivas puede afectar en tu vida diaria? Comparte tus experiencias con nosotros.