Aventurarse para alcanzar nuevas metas puede ser atemorizante, no solamente porque usualmente implica enfrentar situaciones desconocidas, también porque tomar un riesgo, enfrentar un nuevo reto, buscar nuevas oportunidades siempre implica confiar en nosotros, en nuestra capacidad de sortear dificultades y salir victoriosos, por ello es que el temor a fracasar puede resultar paralizante, alejarnos de nuestros sueños y hacernos sentir frustrados ante nuestras expectativas.
¿Cómo identificar el temor al fracaso?
Aunque suene lógico, el temor al fracaso puede disfrazarse entre nuestros pensamientos, no siempre se trata de una idea concreta, el temor a que las cosas no salgan bien, sino presentarse a través de dificultades para iniciar nuestros proyectos o incluso en una especie de indiferencia por alcanzar nuevas metas, no buscar nuevas rutas puede deberse a un miedo al fracaso que nos hace sentir que no vale la pena soñar con otras alternativas.
También puede presentarse como una ansiedad intensa al probar cosas nuevas, desde lugares o actividades hasta proyectos interesantes que simplemente no podemos aceptar aunque no tengamos una buena razón para hacerlo.
Es posible que esas dudas y temores se encuentren entremezclados con toda clase de pensamientos, experiencias pasadas y una dificultad para flexibilizar nuestro pensamiento y transformarse en conductas que nos alejan del éxito, por lo que se refuerza la idea del fracaso. Sentir que no vale la pena esforzarse por una meta porque fracasaremos nos lleva a reafirmarlo cuando nos sentimos muy lejos de esos objetivos, por ello es importante reflexionar y re-pensar cómo nos aproximamos a los desafíos, pues reconocer que detrás de ciertas conductas hay un temor específico al fracaso nos puede ayudar a trabajar en ello.
Sé amable contigo
Cuando nos damos cuenta de que algo en específico nos ha detenido de hacer las cosas que en verdad deseamos podemos llegar a ser muy duros con nosotros mismos. Si bien es importante reconocer que hay cosas que podemos cambiar para sentirnos mejor, también es necesario que el trabajo que hagamos sea siempre desde una perspectiva amable, constructiva y saludable, para que podamos trabajar estrategias que nos ayuden a llegar más lejos en lugar de un discurso que pueda llevarnos a sentirnos culpables, enojados y frustrados.
¿Cómo superar el miedo al fracaso?
Cambia la forma de verlo
Aunque es muy normal el temor a equivocarnos en realidad los errores y los fracasos son parte de un proceso, no se tratan de un punto final, sino de pasos necesarios para alcanzar el éxito, solamente a través de las equivocaciones podemos aprender y crecer. Trabajar en una mentalidad de crecimiento más que una enfocada en el éxito puede ayudarnos a sentir que incluso si nos equivocamos o no resultan las cosas como nosotros esperamos, habremos ganado algo. Esto también puede ayudarnos a transmitirle esta misma idea a nuestros estudiantes cuando nos encontramos al frente del aula, lo que les permitirá llegar más lejos y trabajar en sus metas, pues notarán en nosotros como docentes esa misma idea.
Es normal tener miedo
Aunque trabajemos en nuestros temores, lo más normal es sentirnos nerviosos ante los nuevos proyectos, las oportunidades, todo tipo de cambio y ante la perspectiva de fallar, por ello reconocer que tenemos ese temor, analizar de dónde viene, lo que nos hace sentir, las razones por las que nos sentimos así, etc. es tan importante, sin embargo también es necesario saber que sentirlo es tan normal como el fracaso mismo y esto no es malo, por el contrario, es una forma natural que tenemos para prevenirnos ante situaciones que pueden ser riesgosas y un cambio siempre lo es de alguna manera. Lo mejor es reconocerlo y aceptarlo, pero no dejar que este nos detenga, hacer las cosas a pesar del miedo es la mejor forma de enfrentarlo.
Trabaja en tomar riesgos
Comenzar por pequeños riesgos nos ayudará a sentir cada vez mayor comodidad ante los desafíos, no tenemos que empezar por grandes proyectos, sino aventurarnos poco a poco a probar cosas nuevas, a experimentar pequeños fracasos y a trabajar con las sensaciones incómodas que todo esto nos puede provocar. Poco a poco nos sentirnos más capaces de enfrentar los desafíos, incluso si eso implica equivocarnos.
¿Crees que el temor al fracaso te ha limitado? ¿Qué consejo le darías a alguien que tiene dificultades para enfrentarlo? ¡Comparte con nosotros!