Las aulas son espacios de aprendizaje en los que ocurren muchas cosas a la vez, aunque en ocasiones las actividades tienden a ser silenciosas o requieren poco movimiento, lo cual puede terminar en estudiantes dormidos, bostezos y cabeceos, algo no tan extraño en nuestros salones de clase. Aunque es posible que estas señales nos resulten agobiantes como docentes, pues sentimos que nuestros alumnos no están atentos o encuentran demasiado aburridas nuestras clases, en realidad son señales de algo a lo que alumnos y padres de familia necesitan prestar atención.
¿Cuántas horas deben dormir?
Estamos acostumbrados a que las clases empiecen temprano y de hecho, entre más crecen los estudiantes más temprano deben llegar a la escuela, si bien este horario es conveniente, especialmente para los padres que trabajan en horarios similares y pueden dejar a sus hijos antes de ir a sus propias actividades, también resulta agotador para los niños y especialmente para los adolescentes, quienes suelen reducir sus horas de sueño conforme crecen, exigiéndoles un horario más amplio, cuando en realidad requieren dormir más que un adulto.
La creencia popular es que ocho horas de sueño son lo recomendado para mantenernos en buen estado de salud, sin embargo esto es relativo y depende mucho de cada persona. Algo cierto es que los niños y los adolescentes necesitan de hecho más de esas ocho horas, hasta diez podrían ser las necesarias para mantenerse alertas y saludables en su día a día.
En algunos países se ha buscado actualizar estos horarios para permitir a los estudiantes mejores ciclos de sueño, lo que ayudaría a reducir problemas de asistencia, conducta y bajo rendimiento.
¿Qué hacer en clases?
No es tan extraño tener en nuestra aula a un alumno o alumna que ocasionalmente se queda dormido en nuestra aula, que cabecea o que bosteza con demasiada frecuencia, sin embargo a veces ocurre que tenemos un estudiante con mayores dificultades para permanecer despierto, que destaca entre sus compañeros porque llega cansado a clases y mantenerse atento le requiere demasiado esfuerzo. ¿Qué podemos hacer para ayudar a estos alumnos?
Ya sea por algo ocasional o algo frecuente, es importante abordar la situación con empatía, evita hacerlo demasiado visible frente a sus compañeros, pues esto no ayudará a mejorar su motivación en clase, por el contrario, le hará sentir avergonzado y molesto.
Si notamos que esto se repite con frecuencia y nos cuesta mantener a los alumnos despiertos será importante indagar un poco en sus hábitos de sueño, averiguar si sufre de insomnio o si existe alguna situación en casa que no le permita dormir adecuadamente, si bien no podemos resolver algunos temas si le podemos sugerir algunas ideas para mejorar sus patrones de sueño. También podría ser importante comentar con los papás para averiguar si han notado por qué el alumno no está durmiendo correctamente y guiarlos en una mejor higiene del sueño para entender por qué los alumnos siguen cansados, lo cual, en todo caso, nos puede ayudar a identificar otros problemas de salud como apnea del sueño, insomnio, depresión, etc.
Ayudarlos a despertar
Es probable que la mayoría de nuestros alumnos estén cansados o por lo menos lo estarán conforme pasan las horas de clase, es normal que sientan somnolencia después de algunas horas de estar sentados y tratar de poner atención al docente, de resolver ejercicios o leer por varias horas, por lo que es necesario agregar algunas actividades que les ayuden a mantenerse activos, a oxigenar sus cuerpos y a recuperar el gozo por las clases.
Intenta hacer algunos descansos durante el día o iniciar tus clases con ejercicios que los pongan de pie, los hagan conversar, moverse por el salón de clases o incluso caminar por el patio de la escuela, especialmente si tú llegas a un salón que ha tenido varias horas seguidas de clases, esto ayudará a alejar el sueño de tu aula.
¿Has tenido alumnos con demasiado sueño como para mantenerse despiertos en tu aula? ¿Has aplicado alguna estrategia para ayudarlos? ¡Comparte con nosotros tus estrategias!