El recreo es uno de los momentos del día más esperados por los alumnos, es el momento que esperan para socializar libremente, jugar, comer algo, divertirse un poco y olvidarse de la tarea, el aula o las asignaturas, sin embargo, es relativamente común para los estudiantes encontrarse con que el receso está ocupado para resolver asuntos académicos, como recibir alguna regularización, terminar una tarea o repetir algún trabajo, así como minutos que son tomados como castigo por faltas que reducen su tiempo en el patio.
La cuestión es que el receso es visto como un privilegio, cuando es más bien una necesidad, pues es un tiempo muy importante para los alumnos, no solo por el placer que implica para ellos, sino por los beneficios a nivel neurológico y de salud física.
Los beneficios del receso
El darle una pausa al cerebro para cambiar de actividades que le exigen una atención particular a otras que le permitan desarrollar su creatividad, imaginación y disfrutar actividades sociales, así como estirarse y realizar actividad física no es solamente un premio o un privilegio, todos necesitan este espacio.
Habilidades sociales
Durante el día los niños y adolescentes se enfrentan a tareas demasiado estructuradas, por la naturaleza de las clases, la escuela y el aprendizaje, pero durante el periodo de descanso finalmente pueden relacionarse con sus compañeros a su manera, en un ritmo propio, con dinámicas establecidas por ellos mismos, donde pueden compartir un poco más de su personalidad, sus gustos, sus deseos e inquietudes, la socialización que se da durante los recesos es particularmente importante, pues la estructura la crean ellos mismos.
Creatividad e imaginación
Como docentes siempre buscamos que los niños pongan en práctica sus conocimientos, el aprendizaje que han adquirido más allá del salón de clases y de la memorización, y el receso es el mejor espacios donde naturalmente ellos utilizan todo lo que han aprendido para organizar y estructurar sus propios juegos, de manera natural ejercitan la creatividad, la imaginación, así como la información que ya conocen, la cual además comparten y discuten con sus compañeros de forma natural.
Las limitaciones del tiempo
Los recesos suelen ser de 20 o 30 minutos, tiempo en el que los alumnos deben alimentarse, en ocasiones comprar esos alimentos, convivir, jugar, ir al baño y volver al salón de clases, el tiempo es realmente limitado para todo esto y algunas veces su tiempo es aún menor cuando han sido castigados con la disminución de este receso o cuando deben asistir a otras actividades como regularización, lo cual mantiene su cerebro en tensión, sin la posibilidad de descansar, cambiar de actividad, estirarse o incluso alimentarse, tomar agua o convivir con sus amigos, lo cual también traerá conductas más desafiantes en la clase y dificultades para mantener la concentración.
Más que reducir los recesos a modo de castigo, sería importante tratar de aumentar estos espacios, pensando en las necesidades de los alumnos más allá de los objetivos académicos, ya que unos minutos más de clases, de hacer tarea o de aislarlos del contacto social con sus compañeros, no tendrá ningún efecto benéfico para los alumnos, por el contrario.
¿Crees que tus alumnos pueden benfciasre más del receso? ¿Suele ser un tema de importancia para ti o para tus estudiantes? ¡Comparte tus ideas con nosotros!